jueves, 22 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ NUESTRAS FIESTAS LAS PAGAN ELLOS?

Hace unos días salía en televisión una noticia que hablaba sobre la enorme demanda que había en España de capones y pavos para la cena de Nochebuena, es decir, del 24 de Diciembre. En dicha noticia aparecía el propietario de una granja apícola, diciendo que se encontraban desbordados y que este año se sacrificaban aproximadamente 1500 capones diarios para que pudiesen ser distribuidos a cualquier parte de España y estuvieran listos en nuestras mesas el 24 por la noche.

Como es normal, eso mismo ocurre con los cochinillos, terneras y pescado … Todo el mundo quiere una cena y comida especiales en estos días, en los que en el mundo cristiano se celebra el nacimiento de Cristo, pero no reparamos en que  la celebración de este nacimiento supone la muerte de miles, millones de seres, cuyo único crimen ha sido nacer en una especie que nosotros entendemos inferior, y que nos sirve para llenar la despensa. Nadie se come a su padre, a su madre o hermanos,  porque son iguales a nosotros, sienten, padecen y tienen sentimientos; pero sí a quienes, según nuestro criterio, al no ser inteligentes no tienen derecho a su existencia.

Nos horrorizamos del holocausto nazi y de la falta de misericordia y empatía de los captores respecto de las víctimas, pero, ¿qué compasión tiene el hombre con el holocausto anual que vivimos en las granjas y piscifactorías?, ¿cuántas risas despierta ver como un cerdo intenta escaparte y corretea de un lado para otro evitando  al matarife en las matanzas de los pueblos en España?, ¿cómo podemos pensar que ese pobre animal no sufre e intuye su final, mientras se prepara el fuego para quemar su piel, una vez desangrado para que los futuros jamones puedan curarse de forma adecuada?.

La celebración del nacimiento de Cristo, lo pagan las criaturas de Dios, ¿qué gran contradicción?.

La leche materna nos garantiza la existencia en la infancia, y luego es sustituida por la de la vaca. Si no matamos a nuestra madre una vez que deja de dar leche, ¿por qué matamos a quien nos alimenta después, nuestra otra madre?

La vaca en los Vedas simboliza la tierra y a la madre, y el toro los principios espirituales que inspiran la vida en la tierra. Cuando no hay principios éticos, morales y espirituales la vida en la tierra se deteriora y se vuelve insostenible. Al igual que aniquilamos a las vacas, hacemos lo propio con la tierra y sus recursos. ¿Cuántas veces más será necesario que nazca Jesús para que abandonemos esta actitud?.
Nos sentamos a la mesa sin pensar en lo que ha hecho falta que otros hagan, y nosotros cooperemos con nuestras compras para llenarnos la barriga.

Ser consciente de la Natividad de Jesús, es ser consciente también de la vida. Ser consciente de la vida evita que cuanto llegue Diciembre, vacas, terneros, cerdos, aves y peces tiemblen por si el alimento que tan generosamente les han suministrado en los últimos meses no sea en realidad su sentencia de muerte.

Feliz Navidad.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka

miércoles, 30 de noviembre de 2011

LA BÚSQUEDA DE LA ESPIRITUALIDAD

Es necesario establecer la diferencia clara entre espiritualidad y religiosidad, pues muchos de los buscan la espiritualidad, erróneamente caen en la religiosidad. Y aquellos que dicen ser espirituales tan sólo ejecutan de forma autómata rituales religiosos.


Por otro lado, hay quienes se dedican de forma feroz a buscar en el exterior, a devorar textos sagrados o a viajar a países, en donde los occidentales creemos que reside la espiritualidad más profunda, con la finalidad de encontrar lo que yo llamo "el mirlo dorado".
De mi experiencia más inmediata en la India, he sacado como conclusión que ésta, siendo un país diferente, donde evidentemente existe más allá de lo visible, algo que no pertenece a este mundo; no es ni mucho menos la fuente de espiritualidad que los occidentales andamos buscando. No es ni mucho menos el receptáculo del conocimiento védico, como era hace tan sólo unos cientos de años.

La espiritualidad debe conllevar un cambio en la vida, una modificación de los hábitos, una transformación de la persona más allá de la propia imagen o fachada exterior. Es un cambio de actitud que transforma las aptitudes y no una aptitud que modifica una actitud. Mientras que la religiosidad se encuentra más en la línea de la imagen externa, de la liturgia, de la manifestación a través de símbolos, clases o castas. La religiosidad y el sustantivo religión son compartimentos estancos que separan las creencias y a las gentes. Mientras que la espiritualidad es la amalgama divina que sin condicionamiento alguno entre formas, creencias o simbologías une al hombre en la consecución de su fin último, su unión con el Divino.
Durante mi viaje en la India he podido apreciar de forma clara esta diferencia. De manera que, mientras que sólo en contadas ocasiones, con personas o en lugares muy determinados, lejos de la gran afluencia de gente o turistas, se ha manifestado la espiritualidad latente que subyace en un país con una tradición de miles de años versada en los Vedas. Esas experiencias en modo alguno han sido buscadas, sino que ellas se han hecho visibles. A mi alrededor bullían los occidentales en búsqueda de ese "mirlo dorado", ese gurú iluminado, que la mayoría de las ocasiones vestía como un sadhu (hombre santo), mientras al término de sus enseñanzas pedía dinero a cambio. Porque si hay una realidad en esa supuesta espiritualidad, es que ésta se compra y se vende, yendo en contra incluso de lo que prescriben los propios Vedas. El Veda dice que aquel que se gana la vida con las enseñanzas es un ladrón y un sinvergüenza.

Para aquellos que no saben diferenciar entre la espiritualidad, un verdadero gurú, la religión o un ladrón y sinvergüenza, es muy fácil perderse en la forma y ceder al chantaje de quien nos ofrece un mejor karma a cambio de unas rupias.
Cuando hablamos de espiritualidad la forma no es necesaria, pues la espiritualidad no se alcanza por la forma, aunque aquél que es espiritual puede hacer uso de ésta para sí o para otros, pero en modo alguno nunca para ganarse la vida o pedir algo a cambio.

La espiritualidad no se encuentra ni un milímetro por fuera de nuestra piel, sino que se encuentra en el interior de nosotros. Y sólo por la apertura, por una disposición no egoísta o de satisfacción de nosotros mismos, lograremos no encontrar a ese "mirlo dorado", sino que "el mirlo dorado" nos encuentre a nosotros.  Así pues, y en contra de lo que muchos piensan, la búsqueda de la espiritualidad no comienza por un viaje espiritual a un país determinado, a un ashram de tal o de cuál gurú, sino por la búsqueda de uno mismo, la experiencia de sí y la transformación sincera hacia la voluntad del Divino. Y éste se manifiesta allí donde cree, no donde nosotros interpretamos que ésta. Pues él se encuentra en todo lugar, todo es su manto. El se manifiesta en nuestro corazón, en el exterior y a través del gurú, quien sirve de guía en nuestro camino de desarrollo interior. Así se hace efectiva la máxima de "cuando el discípulo está preparado, aparece el maestro".
Un maestro que se precie, aún haciendo uso de forma, lo principal que transmitirá a su discípulo será el concepto mismo de espiritualidad, la no forma. Pues el Divino, aún mostrándose en múltiples formas, para que todos podamos comprenderlo según nuestras capacidades, no tiene forma alguna material, pues es enteramente espiritual.

Así pues, está en el camino correcto aquel que primero mira en su corazón con la finalidad de emprender el camino de transformación de sí. Una vez hecho esto, por la disposición y apertura sincera al Divino encontrará al gurú que le ayude en su camino en pos de la espiritualidad más profunda, con independencia de la forma o la vía de aprendizaje. Por lo tanto hemos de entender que a Dios, y por ende la espiritualidad, puede ser encontrada en cualquier momento y lugar. Tan sólo dependerá de nosotros y no del lugar que visitemos o de la imagen predeterminada que tengamos del gurú que nos pueda guiar.
Esa es mi experiencia y mi opinión.

Om Shanti.
Bendiciones.

Sri Nityasevaka

viernes, 21 de octubre de 2011

LA ESTABILIDAD DE LA MENTE

El principal motivo por el que el ser humano sufre es por causa de la inestabilidad de la mente. Es un hecho que somos una especie con capacidad para pensar, como evolución propia del instinto animal. Esa misma mente que nos garantiza la supervivencia por la adaptación de instrumentos para la vida cotidiana, es precisamente la causa principal de nuestro sufrimiento por varios factores:
  • La capacidad de generación de pensamientos, es una inercia propia de nuestra capacidad mental. Es decir, la mente se mueve impulsivamente de un pensamiento a otro, sin control, siguiendo sus propios estímulos.
  • Los estímulos de la mente bien pueden ser físicos, es decir, la mente queda estimulada a través de los sentidos: vista, oído, gusto, tacto; o sutiles, derivados de la errónea concepción del ego, del falso prestigio, de la errónea concepción de "yo soy esto, aquellos es mío". Es por ello que creemos que las cosas nos pertenecen y por eso creemos perderlas, o pensamos que nos merecemos tal o cual cosa, sin caer en la cuenta de que cualquier circunstancia depende de un cúmulo de interdependencias, donde influyen muchos factores y otras personas.
  • La mente es un sentido sutil, capaz de reproducir situaciones inexistentes en el presente, y de generar de manera ficticia las mismas sensaciones de  angustia, preocupación, desesperación, así como reacciones físicas, que como si realmente el acontecimiento imaginado se estuviera produciendo. Un ejemplo de ello es que cuando imaginamos como discutimos con una persona, nuestras constantes vitales reaccionan de forma similar a como se el hecho se estuviera produciendo: calor, sudoración, elevación de la presión arterial y ritmo cardiaco etc.
Estas circunstancias hacen que nuestra menta cabalgue sin rumbo, como el elefante que me mueve sin guía. Así la mente en los Vedas, se explica a través de la imagen de ese elefante, guiado por un niño, que es la inteligencia, como capacidad de modificar los comportamientos, aptitudes y actitudes de ese elefante, a fin de que realice el trabajo de forma correcta. Así, igual que un elefante puede ayudar a realizar tareas pesadas y complejas con la correcta guía, dada su fuerza y carácter, si aquellas no existe, puede devastar poblaciones enteras y se mortal. Si esto ocurre, significa que nuestra mente es inestable, es decir, que nos mueve según sus deseos, lo que provoca nuestro sufrimiento por el encadenamiento a los resultados, bien de nuestras acciones, bien de nuestros pensamientos, lo que nos conduce al deseo. El deseo insatisfecho se trasforma en frustración y esta en ira. Es por la ira que nos trasformamos en animales capaces, incluso, de matar a nuestros semejantes.

A este proceso todos estamos sometidos, y conforme nuestra mente se vuelve más inestable aparecen nuevas patologías psíquicas, nuevos desequilibrios, nuevas enfermedades, como en la actualidad la más extendida en el mundo desarrollado, el estrés y la depresión.

Es por ello que el trabajo de estabilización de la mente pasa por ser conscientes que no somos ésta o nuestro cuerpo, nuestras posesiones o nuestros deseos. Sino un ser espiritual que evoluciona en medio de todo eso, que es lo que el Yoga nos enseña. Sólo por el proceso del control de los sentidos, la mente no se estimula de forma indebida, por lo que permanece estable en si. Controlar los sentidos no significa reprimir los sentidos, sino usarlos de forma adecuada, y no para poseer o desear, pues esa finalidad en el uso de los sentidos conlleva el proceso antes explicado de desestabilización.

Si controlamos los sentidos, controlamos la mente. Si positivizamos los pensamientos respecto las circunstancias que nos rodean o las actitudes de quienes nos rodean, pensamos en positivo. Quien piensa en positivo se inmuniza contra lo negativo, con lo que ayuda de manera determinante al equilibrio mental y por lo tanto emocional. Alguien que es emocionalmente estable, lo es porque lo es mentalmente. Ello significa que lo primero en su vida no es su ego, sino su vida en positivo, su armonía en el medio que le rodea. De esa manera ni se hace daño, ni hace daño a otros. Esta es la base de la auténtica felicidad, personal y universal.

Para tener un mundo feliz, han de existir personas felices a nivel individual, pues un conjunto es el resultado de muchas otras partes integrales. Un papel es rojo, porque sus minúsculas fibras están teñidas de rojo.

Reflexionad sobre aquello que desestabiliza vuestra mente y ved qué es lo que podéis cambiar en vuestros procesos mentales y sensuales a fin de no quedar atrapados por los resultados o efectos de aquellos que perseguís, sino que podáis vivir libres y liberados de toda cadena.

Recibir mis bendiciones.

Om Shanti.

Sri Nityasevaka

miércoles, 28 de septiembre de 2011

SUPERAR LA FRUSTRACIÓN

He hablado anteriormente del Sufrimiento y como combatirlo. El sufrimiento no es más que una cuestión mental. ¿Eso significa que no existe sufrimiento físico?, no, hay sufrimiento físico, pero es de distinta naturaleza al mental. No obstante y de forma porcentual, hay infinitamente mayor número de personas con sufrimiento mental, que físico. Es más, muchas de las dolencias físicas no son más que somatizaciones de uno mentalmente prolongado.

El ser humano es la única especie que mentalmente es capaz de vivir una situación que aún no se ha producido como si efectivamente se estuviese produciendo. Es decir, que nuestra mente nos sitúa en una posición de estrés, al imaginar algo que no es realmente objetivo, real, sino que aún está en nuestra cabeza. Ello nos hace sufrir grandemente.

Un ejemplo muy claro de ésto es la FRUSTRACIÓN, como la sensación de impotencia por no haber logrado aquello que nos habíamos propuesto alcanzar o tener.
Hay personas que no teniendo una capacidad económica determinada objetiva, se comporta y aparenta la irrealidad de vivien de forma no acorde con dicha capacidad. Hay personas que creyéndose capaces físicamente para realizar tal o cual tarea o actividad, sobrepasan sus límites físicos objetivos. Estas situaciones vienen impulsadas por un autoengaño sobre lo que realmente cada quien es capaz de desarrollar, y toman como referencia, más una ideal ficticio, que una realidad física o económica financiera.

Es entonces, cuando la realidad les devuelve a su sitio, cuando se derrumban y creen haber perdido aquello que imaginariamente creían tener. Han vivido una irrealidad objetiva o realidad subjetiva, que les devuelve a la más dura, en ocasiones realidad objetiva: "No soy quien creía, no puedo vivir o hacer ésto o aquello como pensaba". Es entonces cuando la vida pierde su sentido, porque la valoraban conforme al espejismo mental, no como regalo o préstamo por unos años.

Por la frustración se llega al miedo, y por el miedo a la ira y ofuscación. Es en este punto donde muchas personas deciden quitarse absurdamente la vida, es decir, disponer de aquello que no les pertenece.

La realidad es una, que es la que en este momento vivimos, el pasado ya pasó; y el futuro no existe, porque aún no ha llegado. De como viva mi presente, siempre como si fuera un regalo, nacerá un futuro pacífico y amoroso. Eres responsable de este mismo instante, y es este instante el que conducirá a la vivencia de los instantes que te quedan hasta el momento en que partas de este mundo.

Reflexiona sobre estas palabras y evalúa las repercusiones de vivir en una irrealidad. Se consciente y equilibrado, porque en el equilibrio está la paz y en ésta la felicidad.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka

lunes, 18 de julio de 2011

ELIMINA EL SUFRIMIENTO DE TU VIDA (Parte 2)

El ser humano está constituido por elementos burdos o materiales densos, como son los cinco elementos (tierra, agua, aire, fuego y éter), los 5 sentidos, los órganos de adquirir conocimiento o de los sentidos y los objetos de los sentidos; y elementos sutiles como son la mente y ego falso.

Estos elementos al entrar en contacto con los condicionamientos de la naturaleza material, es decir, los tres gunas: sattva (bondad), rajas (pasión) e ignorancia (tamas), se genera la acción. Por ello, todo ser está sujeto indefectiblemente a la acción, toda acción genera una reacción, y de la naturaleza de la acción deviene la propia de la reacción, consecuencia del karma.

Eliminar el sufrimiento de nuestras vidas significa conocer nuestra naturaleza material y la naturaleza de nuestra acción, por ello, lo positivo y negativo que hay en nosotros, a fin de potenciar lo positivo y neutralizar lo negativo. Este trabajo lleva al cese del sufrimiento.

Según los Vedas, nos podemos comparar a una cuadriga, la cual es dirigida por un auriga. El carruaje es nuestro cuerpo, el auriga la inteligencia, las riendas los sentidos, los caballos los órganos de los sentidos, y los objetos hacia donde se dirigen los caballos son los objetos de los sentidos. De cómo el auriga se ocupe en la dirección de la cuadriga derivará que los caballos se guíen a través del camino que han de seguir hasta su destino, o por el contrario, estos terminen comiendo hierva en mitad del campo. Ello supondrá que los caballos no cumplen su función, porque desobedecen a quien les guía, al no tener este la mano firma al tomar las riendas, que son las que van conduciendo los caballos a su destino. Este resultado es fuente de sufrimiento.

Si mi mente es quien me lleva a pensar, yo esto o aquello, esto o aquello es mío. ¿Qué ocurre cuando pierdo lo que creía que era mío o cuando me doy cuenta que en realidad no soy lo que o quien yo creía? Sobreviene la frustración, la rabia y la cólera por perder lo que creía era mío o ser un personaje que en realidad no soy.  Esto es lo que le sobreviene a muchas personas en el momento en el que se acerca su muerte. Esta no es aceptada, porque es interpretada como el fin, no como la continuación de un viaje.
Al ser interpretada como un fin, quien está en dicho proceso piensa para si, quien ha sido en realidad todos esos años, pues, quien era, ya está a punto de marchar. Y qué será de los bienes acumulados durante tantos años, dónde quedarán. Todo se resume con la frase “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”
Quien a esta conclusión llega, es que no ha sido feliz a lo largo de su vida, es decir, su vida ha sido un sufrimiento por mantener lo que creía poseer, y por reivindicar la identidad qua ahora parece agotarse. Si esto no es lo que uno espera, quizá deba poner ahora los cimientos del cese del sufrimiento.

¿Cómo se llega a construir ese cimiento? Por el conocimiento de la naturaleza material primero, y la espiritual después. Conociendo nuestra naturaleza, permitimos al auriga sea quien oriente los caballos a fin de llegar al final de su camino, el conocimiento espiritual, pues nuestra verdadera identidad, fuera del miedo y frustración es espiritual, no material. La materia es un conjunto de elementos inertes en si, pero animados desde el espíritu que lo habitan. S logras ser consciente de esto, tienes posibilidades de dejar de sufrir.

Nos vemos en ese empeño.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka

miércoles, 15 de junio de 2011

ELIMINA EL SUFRIMIENTO DE TU VIDA (Parte I)

En la anterior entrada del Blog, ya explique que todos somos aptos para el cambio, pese a las dificultades. Sólo tenemos que proponernos ese cambio e ir moldeando nuestra naturaleza hasta lograr el principal de los objetivos del ser humano, alejar de si el sufrimiento.

Hay muchos y variados tipos de sufrimiento, pero todos ellos atienden a dos fuentes, una la física, otra la moral.

Para el sufrimiento físico existen medicamentos que mitigan el dolor. Pero aún no está creado el antídoto contra el dolor moral, el que proviene de nuestra mente.

La mente es el elemento que nos diferencia de otras especies. Gracias a la mente, el ser humano es la primera especie con capacidad de ser Consciente. En el Srimad Bhagavatam, Canto 8 se dice que la forma humana es la forma más extraordinaria, y son privilegiadas las almas que se encarnan en dicha forma como paso en su evolución, debido a que por la mente se puede llegar, no sin esfuerzo, a la autoconsciencia, como paso ineludible a la liberación, por la que se rompen los lazos de la esclavitud respecto de la naturaleza material.

Ahora bien, este prodigio se constituye en la herramienta de la comprensión y desarrollo de la inteligencia que lleve a la Consciencia trascendente, pero también, en el peor enemigo, al cual no hay que perder ni un sólo instante la cara, como bien decía Santa Teresa de Jesús.

Es pues la mente la fuente de nuestro sufrimiento moral y especulativo, que nos arrastra a veces hasta la locura y desesperación, por no hallar una salida a problemas, que en un instante parecen un mundo, pero que desde la distancia no son más que, en muchas ocasiones, simplemente una percepción distorsionada de una realidad que no alcanzamos a vislumbrar.

La necesidad de controlar la inercia del pensar automático, que nos lleva en ocasiones a la deriva por el mar de la especulación, la comparación, la más alta pretensión hasta llegar al fondo de la frustración, desengaño y ansiedad, se hace imprescindible si queremos llegar a ese objetivo del hombre como es la FELICIDAD.

Ahora bien, hemos de tener muy claro que "La felicidad no se encuentra ni un milímetro por fuera de nuestra piel".

Bendiciones.

Sri Nityasevaka

lunes, 4 de abril de 2011

LA PERSONALIDAD EN LA VIA DE CRECIMIENTO

¿Cómo comienza el cambio?

Para cambiar, hay que al menos intuir que existe una realidad diferente a la que creíamos. Como ya comentaba en el anterior Post, que somos entidades espirituales infinitas, no finitas, pero en cada existencia sometida a las reglas de la naturaleza material. A estas reglas de condicionamiento material se les denomina en el Veda como gunas, siendo de tres tipos: sattva, rajas y tamas; es decir, condicionamiento bondadoso, condicionamiento de la pasión y el condicionamiento de la ignorancia.

Cualquier acción, en el mundo material, está relacionada directamente con el condicionamiento anterior respecto a la acción, considerando como acción la ejecución de actos, la no acción o el propio pensamiento. Todo ello va a formar parte de la propia personalidad, el carácter, los gustos, aquello que supone una inclinación natural en nosotros.

Hay entonces quien dice, soy así, qué puedo hacer yo. Obviamente, quien dice eso y se conforma con sus acciones y las consecuencias de estas, demuestra una gran ignorancia, pues pese a que en nosotros se dan unas inclinaciones naturales, estas pueden evolucionar hacia donde deseemos que lo hagan. Es decir, hacer uso de la personalidad para el crecimiento personal y espiritual.

Así quien tiene un carácter fuerte, puede dejarse llevar por la ira, o aprender a canalizar toda esa energía para la acción positiva.

Es importante fijar en la mente la idea de que “Soy aquello que desee ser, pues puedo moldearme con la forma que yo mismo decida tener”. Este no es un trabajo fácil. Pero si controlo mi inclinación natural, tendré control sobre el objetivo al que pretendo llegar. Si controlo mi presente controlaré mi futuro.

Esa puede ser la decisión más importante de tu vida, pues podrás asumir el control de tu vida y crecer a donde desees hacerlo. No existen más trabas que las que mentalmente tú te pongas.

Para ello has de descubrir los rasgos positivos y negativos de tu personalidad, y ser conscientes que los rasgos que consideras negativos, no son más que una mala canalización, que transformada puede convertirse en energía positiva útil para tu progreso interior.

Has de saber que las dificultades no son obstáculos, sino oportunidades para mejorar, y el peor de lo que consideras un defecto, puede ser, bien encauzado, un aliado para tu desarrollo. De esta manera harás uso de tu personalidad vía crecimiento.

No creas pues, que como eres de determinada forma, no puedes, sino mira la manera de hacerlo, y seguro que encontrarás el medio para trasformarte. Tienes en ti todo el potencial, pues en ti esta todo lo que necesitas para tu realización personal y espiritual, sólo tienes que redescubrirte, ser consciente de ti, ser autoconsciente de ti.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka.

viernes, 4 de marzo de 2011

EL DESPERTAR A UNA NUEVA REALIDAD

Al igual que quien duerme se encuentra sumido en el sueño y en la actividad onírica, creyendo como realidad aquello en lo que sueña, pues esa se constituye en su realidad temporal, de la que despierta por la mañana junto con el sonido del despertador.
Así los seres humanos, se identifican con su cuerpo, con sus pensamientos, con su falta identidad y piensan "Yo soy, esto es mío", viviendo de esta forma en lo finito, en aquello que tiene un principio y un final, enredados en el factor tiempo y sumidos en el deseo de una vida que creen que les pertenece, cuando no es así. La comienzan a perder desde el momento mismo de la concepción, ahí el cronómetro comienza la marcha atrás.
Si realmente creemos que somos una mente y cuerpo, sometido a las leyes de la oxidación, condenado a inhalar oxígeno para subsistir, al tiempo que ese mismo oxígeno es el que nos oxida y nos lleva inexorablemente a dejar de existir por la vejez y la enfermedad, nuestra vida estará llena de frustraciones por aquellas cosas que deseamos y no conseguimos, como es vivir eternamente y disfrutar por siempre de familia, amigos etc.
Si realmente creemos que somos una identidad, "fulanito de tal, bombero ...", ¿Dónde queda el bombero cuando llega a la edad de jubilación?, ¿seguirá con la manguera, el casco y el vehículo de bomberos estacionado a la puerta de sus casa?
Despertar a una nueva realidad significa conocer cual es nuestra verdadera identidad, entidades espirituales, a quienes unos llaman alma, âtaman, ser etc. Seres infinitos, no finitos, no sujetos  a las leyes naturales del tiempo. "El alma no nace ni muere para volver a nacer. El alma es innaciente, inmortal, primordial, no se le mata cuando se mata al cuerpo" (Bhagavad Gita). Nuestra finalidad es despertar de nuestra falsa identidad, como quien duerme y despierta por la mañana reconociéndose así mismo. Y despertar a nuestra auténtica identidad significa que somos un ser en evolución con el objetivo de unirse a su Causa, a Dios, pues somos cualitativamente iguales a El, aunque no cuantitativamente, como el fotón de luz es al Sol del que emana, significa que comenzamos a ser conscientes de esa realidad, por lo cual nuestra vida comienza a cambiar, pues nuestro objetivo no es ya el mero disfrute sensorial o material, sino el sentido de unión con Dios, la existencia en Yoga.
Una vez que ese proceso se comienza a hacer efectivo cesa cada vez más la actividad fundamentada en el resultado, cesando el apego por el mismo, la ansiedad por conseguir ese resultado, entonces ya no nos identificamos con dicho resultado, desplazándose nuestro centro, desde lo externo a lo interno, potenciándose aún más ese despertar, siendo más conscientes de todo y erradicando el miedo e infelicidad de nuestras vidas.
Esto no es una utopía, es una realidad basada en hechos, hechos que constituye la experiencia milenario de cientos de yogis que han vivido este despertar y lo han trasmitido a sus discípulos, a fin de que ellos también logren ese cambio. Como ahora yo hago con quienes leéis estas líneas.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka.

domingo, 23 de enero de 2011

LA APTITUD PARA EL CAMBIO


Es frecuente encontrar personas que sufren y que quieren dejar de sufrir, no obstante no saben cómo. Hay quienes desean cambiar, pero se dicen a sí mismos que no pueden cambiar, que las circunstancias que le rodean hacen que no puedan cambiar, que no son aptos para cambiar, o simplemente que, habiendo aparecido el maestro, serán malos discípulos o alumnos. No son dignos de ser felices, de liberarse de la esclavitud de la materia

El Camino del Perfeccionamiento, es un camino para los imperfectos, pues los perfectos no necesitan cambiar, ya lo hicieron.

Si no sabes cómo comenzar, ya lo estás haciendo si estás leyendo estás líneas, como el resto de las entradas de este blog. Comenzar a cambiar, significa comenzar a hacer, saberse imperfecto es un reconocimiento difícil de hacer, comienzo para creer que se debe cambiar. Si quiero cambiar, entonces, hago algo, doy un paso, como es recibir este conjunto de enseñanzas o instrucciones, parar a leerlas y reflexionar.

Pensar que no se es digno, que se es imperfecto y que es imposible cambiar, es negarse la posibilidad de hacerlo. Quien se niega la posibilidad, se niega la posibilidad de encontrar el verdadero significado de la vida, y por lo tanto de su existencia, entonces, ¿cuál es el objeto de su vida?

Para vivir en positivo, para desarrollarse como persona y para desarrollarse espiritualmente, tan sólo es necesario hacerlo. Hazlo, da un paso, pues un paso seguido de otro crea un camino, y el Camino es el que lleva al perfeccionamiento.

Cuando el discípulo está preparado aparece en maestro. Si esto es así, nadie es lo suficiente indigno como para escuchar al maestro, sólo necesita eso, escuchar y confiar en el proceso del cambio, porque este se hará de la mejor manera como deba darse.

No te subestimes, ni subestimes tus posibilidades, y haz del pensamiento positivo la base para la mejora en tu vida de forma más inmediata.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka.