jueves, 29 de noviembre de 2012

FABRICAR UN DIOS A NUESTRA MEDIDA

Nuestra mente fluctúa al igual que lo hace el agua de mar con las mareas. ¿A caso somos capaces de predecir donde alcanzará la marca de la siguiente ola en la arena de la playa?. Igualmente, ¿podemos garantizar que no cambiaremos de opinión respecto a lo que hoy creemos y pensamos?. Seguramente lo que creíamos en nuestra adolescencia como algo categórico, ahora en nuestra más o menos madurez no se ajusta a aquello.

Lo mismo ocurre con el concepto que cada uno de nosotros albergamos sobre Dios. Quizá la definición que de pequeños dábamos de Él no es ni parecida a la que hoy en día tenemos. Pues al aprendizaje iniciático y religioso, en muchos casos, de la niñez, le ha acompañado una experiencia de vida, hasta el día de hoy. Así, si fuéramos capaces de recordar la evolución completa de nuestro pensamiento, observaríamos que éste ha cambiado y ha ido evolucionando. Todo ha cambiado, pero de todo, tan sólo una cosa permanece inalterable, tal como al principio de los tiempos, el mismo Dios, que no cambia, como lo hace nuestra mente.

La religión sin filosofía es puro sentimentalismo, y la filosofía sin religión, es tan sólo especulación mental. Esta especulación mental fluye del intelecto de quien concluye por si, de manera que, tal como se dice en el Bhagavad Gita (18.32): “adharmaṁ dharmam iti yā manyate tamasāvṛtā sarvārthān viparītāṁś ca buddhiḥ sā pārtha tāmasī”, es decir: “La comprensión que considera que la irreligión es religión y que la religión es irreligión, bajo el hechizo de la ilusión y la oscuridad, y que se esfuerza siempre en la dirección equivocada, ¡oh, Pārtha!, está en el plano de la modalidad de la ignorancia”.

A este respecto la Religión se explica en términos de la adoración a Dios, mientras que la Filosofía se explica en los términos de la inmortalidad del alma y otros temas. Se requiere la combinación de ambos para alcanzar la perfección del conocimiento, y esta perfección en el conocimiento se denomina Jñana vijñana astikyam, es decir “tener plena fe en los sastras y en Dios”. Los Sastras son aquellos que nos hablan sobre la Filosofía y que nos ayudan a comprender a la Suprema Personalidad de Dios, a fin de que, comprendiendo una milésima parte de Él lo reconozcamos a través de sus infinitas manifestaciones, y nos situemos en la posición de adoración respecto a Él, Religión.

Cuando creamos nuestra propia filosofía, creemos que la irreligión es religión, es decir, que nuestra propia percepción de Dios, nos hace creer que Dios es así en realidad. La consecuencia de ello, suele ser el ateísmo, cuando ese Dios imaginario nos defrauda, porque no responde a nuestras expectativas. O cuando, por efecto de nuestra mente fluctuante, no fijamos un concepto cierto, el impersonalismo. Es decir, tomar a Dios por el Todo, pero sin poseer una referencia concreta de a quién he de adorar. Así, todas las manifestaciones de Dios son Dios, pero Dios no es ninguna de ellas en particular, sino que simplemente se expande en todo. Pero a fin de cuentas, tan sólo poseemos algo difuso donde agarrar. Y es ahí donde viene la duda, la falta de fe.

Para evitar esta debacle, y como ya se ha expresado en tantas y tantas ocasiones, es necesaria tener plena fe en la filosofía que nos habla acerca de Dios. Y ¿cuál es la mejor Filosofía que nos habla acerca de Dios?, aquella que mejor nos hace rendirnos a Él, es decir, la que mejor nos conduce a la Religión en su sentido puro, y no al concepto religioso del hombre, que pone a Dios como excusa para satisfacer sus propios intereses.

Esa filosofía, ha de ser explicada y enseñada por quien, que no sólo sea un filósofo, sino que además sea un religioso, es decir, que se haya entregado a Dios por completo, y por esa entrega haya comprendido la verdad que lo ha liberado, o al menos, lo sitúe en una posición de mayor liberación a la nuestra. Así, si me encuentro atado de pies y manos, completamente inmovilizado y deseo desatarme, pero no puedo, ¿no acudiré a quien se encuentra ya desatado, o que al menos tiene una mano libre con la que puede ayudarme a desatarme?. Ese es el Gurú, el maestro espiritual. Alguien que conoce la filosofía, pero que además se ha entregado por completo. La autoridad del Gurú es la consecuencia de su entrega, y esa autoridad se basa en una cadena discipular, que garantiza la sucesión y puesta en práctica de ese conocimiento. Así la filosofía no se queda en el mundo de los pensamientos de Platón, sino que pasa a la esfera de la experiencia personal, con el fin de alcanzar la adoración del Supremo, cual es la finalidad de nuestra existencia. En este proceso se rompe el tópico de la fe ciega. La fe ciega es inútil, pues tan sólo con acercase al maestro espiritual, la fe se transforma en práctica, por la explicación acerca de la filosofía.

No hay conocimiento, si no hay maestro, como no hay liberación de las cuerdas que nos atan, si no hay herramientas o personas que nos permitan liberarnos. Si tenemos la suficiente fortuna, encontraremos a la persona adecuada, y cuando la encontramos nos entregamos a ella. Una vez nos hemos entregado, le podremos hacer las preguntas adecuadas. Sólo si hay preguntas, se puede progresar en la senda espiritual, pues las preguntas y las respuestas son para entender, y esa comprensión sirve para practicar el servicio a Dios a través de los demás. Sólo por ese servicio, llegaremos a adorar debidamente a Dios, no al Dios preconcebido por nosotros, o al que desearíamos encontrar, sino al que durante una eternidad nos lleva contemplando con su inmensa misericordia y bondad, esperando que nos rindamos a la evidencia de que, tan sólo por nuestro esfuerzo y su misericordia sin causa, lo podremos alcanzar.

Esta es la clave del éxito.

Acepta mis humildes reverencias.

Tu eterno sirviente, Nityasevaka.
 

viernes, 16 de noviembre de 2012

EL YOGA Y EL PROCESO DE CONOCIMIENTO DE DIOS

Que el hombre sufre es un hecho objetivo, y que sufre porque quiere, es una cuestión que no solemos querer aceptar, pero que quien es un poco inteligente acepta como punto de inflexión para abandonar el sufrimiento.
Existen muchas manifestaciones del sufrimiento, aunque sólo hay un sufrimiento. Sufrimos por nuestros padres, hermanos, familiares, por quedarnos solos, no ser reconocidos, por la abundancia material, etc. Esas son diferentes manifestaciones de ese único sufrimiento del que hablaba antes. ¿Cuál es ese único sufrimiento?, vernos separados de Dios, desconocer a Dios. Y ese único sufrimiento somos nosotros quienes lo alimentamos o lo apagamos, o lo que es lo mismo, tan sólo sufrimos porque queremos sufrir.
Dios, en su inmensidad nos proporciona todos aquellos medios necesarios para que, reconociendo la necesidad de acercarnos al él y conocerlo, podamos hacerlo. Y aunque muestra múltiples formas de hacerlo a través de múltiples caminos, sendas o filosofías, quien de verdad desea hacerlo, de corazón, de una vez para siempre, recibe el mismo mensaje final.
Así, en el Bhagavad Gita 7.3, Krishna dice:
manusyānān sahasresu
kaścid yatati siddhaye
yatatām api siddhānā
m
kaścin mā
m vetti tattvatah
De muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerce por la perfección, y de aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad”
En sus comentarios a este verso Bhaktivedanta Swami dice: “Existen varias categorías de hombres, y de muchos miles de ellos, puede que uno esté lo suficientemente interesado en la comprensión trascendental como para tratar de saber qué es el ser, qué es el cuerpo y qué es la Verdad Absoluta. Por lo general, la humanidad simplemente está dedicada a las propensiones animales, es decir, a comer, dormir, defenderse y aparearse, y casi nadie está interesado en el conocimiento trascendental. Los primeros seis capítulos del Gītā son para aquellos que están interesados en el conocimiento trascendental, en entender el ser, el Superser y el proceso de comprensión por medio del jñāna-yoga, del dhyāna-yoga y del proceso de discriminar entre el ser y la materia. Sin embargo, a Krṣṇa únicamente lo pueden conocer las personas que están conscientes de Krṣṇa. Los demás trascendentalistas puede que lleguen a la comprensión del Brahman impersonal, pues ello es más fácil que entender a Krṣṇa. Krṣṇa es la Persona Suprema, pero al mismo tiempo está más allá del conocimiento del Brahman y Paramātmā. Los yogīs y jñānīs se confunden en sus intentos de entender a Krṣṇa. Si bien el más grande de los impersonalistas, Śrīpāda Śakarācārya, ha admitido en su comentario al Gītā que Krṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, sus seguidores no aceptan a Krṣṇa como tal, ya que es muy difícil conocer a Krṣṇa, aun a pesar de que se posea la comprensión trascendental del Brahman impersonal.

Krṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, la causa de todas las causas, el primordial Señor Govinda. Īśvara parama krṣṇa sac-cid-ānanda-vigraha/ anādir ādir govinda sarva-kāraa-kāraam. A los no devotos les resulta muy difícil conocerlo. Aunque los no devotos declaran que el sendero del bhakti, o del servicio devocional, es muy sencillo, no lo pueden practicar. Si el sendero del bhakti es muy sencillo, como lo proclama la clase de hombres no devotos, entonces ¿por qué ellos emprenden el sendero difícil? En realidad, el sendero del bhakti no es sencillo. Puede que el supuesto sendero del bhakti —que practican ciertas personas desautorizadas y carentes de conocimiento acerca del bhakti— sea fácil, pero cuando el bhakti se practica de hecho conforme a las reglas y regulaciones, los filósofos y eruditos especuladores abandonan el sendero. Śrīla Rūpa Gosvāmī escribe en su Bhakti-rasāmrta-sindhu (1.2.101):
śruti-smrrti-purānādi pañcarātra-viddhim vinā
aikāntikī harer bhaktir utpātāyaiva kalpate

“El servicio devocional del Señor que hace caso omiso de las Escrituras védicas autorizadas, tales como los Upanisads, los Purānas y Nārada-pañcarātra, es simplemente una perturbación innecesaria en la sociedad”.

No es posible que el impersonalista que posee la comprensión del Brahman o que el yogī con la comprensión del Paramātmā entiendan a Krṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, como hijo de madre Yaśodā o como auriga de Arjuna. Hasta los grandes semidioses a veces se confunden en relación con Krṣṇa: (muhyanti yat sūraya). tu veda na kaścana: “Nadie Me conoce tal como soy” —dice el Señor. Y si uno sí lo conoce, entonces sa mahātmā su-durlabha. “Un alma así de grande es muy difícil de encontrar”. Por consiguiente, a menos que uno le preste servicio devocional al Señor, no puede conocer a Krṣṇa tal como Él es (tattvata), aunque uno sea un gran erudito o filósofo. Sólo los devotos puros pueden conocer algo de las inconcebibles cualidades trascendentales que hay en Krṣṇa, del hecho de ser la causa de todas las causas, de Su omnipotencia y opulencia, y de Su riqueza, fama, fuerza, belleza, conocimiento y renunciación, porque Krṣṇa es muy benévolo con Sus devotos. Él es la última palabra en lo que se refiere a la comprensión del Brahman, y sólo los devotos pueden llegar a comprenderlo tal como Él es. Por eso se dice:

ata śrī-krṣṇa-nāmādi na bhaved grāhyam indriyai
sevonmukhe hi jihvādau svayam eva sphuraty ada

“Mediante los torpes sentidos materiales, nadie puede entender a Krṣṇa tal como Él es. Pero Él se les revela a los devotos, por estar complacido con ellos en virtud del trascendental servicio amoroso que le prestan a Él” (Brs. 1.2.234).

Y en el Evangelio de  Marcos 10.17-30, se dice:

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".  Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.  Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".  El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".  Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".  El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.  Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!".

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.  Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".  Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".  Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".  Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".  Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa,  hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,  desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.

Como podemos ver, ambos son un mismo mensaje final para quien se acerca a Dios y le pregunta, ¿cómo puedo seguirte?, ¿cómo puedo conocerte?, ¿como puedo practicar Yoga?, ¿cómo te puedo servir?, ¿qué es lo que tengo que hacer para dejar de sufrir?. No hay paños calientes. Aquí no se habla del buen rollo de la relajación, de la meditación y de tantas y tantas técnicas pseudo espirituales, que no es que sean malas, sólo que tan sólo son analgésicos, que terminado su efecto, son anulados por el dolor y sufrimiento debido al sentimiento de separación.
En India, a este mes de le denomina el mes de Kartik o mes de Damodara. En este mes se conmemora el pasatiempo en el cual, Yasodā, madre de Krishna, intenta atarlo con una cuerda para que se estuviera quieto. Así Yasodā coge una cuerda, pero al intentar atarlo, le faltaban dos dedos de cuerda, con lo que decide unir a la primera una segunda. Pero al intentar de nuevo atarlo, le siguen faltando dos dedos. Ella si comprender lo que ocurría, une una tercera cuerda a las dos anteriores, faltándole nuevamente dos dedos de cuerda para atar al niño Krishna. Y así sucesivamente  hasta que acuden vecinas con cuerdas para unir a las anteriores, faltando siempre dos dedos de cuerda para atar su cintura. Sólo cuando Krishna quiso, la cuerda dio para atarlo.
Los dos dedos de cuerda que faltan, simbolizan, uno la voluntad de uno y el otro la Misericordia de Krishna para ser atado.
Para llegar a Dios, para conocerlo y dejar definitivamente de sufrir es necesario esfuerzo, como el que Jesús pide a quien se le acerca y lo llama Maestro Bueno. Por ese esfuerzo, se nos concede el segundo dedo, la Misericordia de Dios, la Misericordia de Krishna para poderlo atrapar en nuestros corazones.
Nadie está obligado a tener que esforzarse, como el marinero no está obligado a remar durante una tormenta en el mar. Pero es cierto que si el marinero no hace todo lo posible el barco se hundirá y el marinero morirá en el mar. Este mar es el océano causal, Samsara, en el cual nuestros cuerpos nacen y mueren reiteradamente, recordando una y otra vez todas las penalidades y sufrimientos de la vida.
El proceso del Yoga, es el proceso de conocer a Dios y entregarnos a Él, o dicho de otro modo, es el proceso de Consciencia de Krishna. Para que el sufrimiento y el temor de la vida finalicen por siempre este es el proceso. No hay otra manera, no hay otra manera, no hay otra manera.
Feliz mes de Kartik.
Nityasevaka.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

BRAHMACHARYA, EL AUTOCONTROL.

De este primer miembro del Asthanga Yoga, Yama, el cuarto aspecto es el de BRAHMACHARYA.

El significado literal de la palabra Brahmacharya es “el que vive o se mueve con Dios”. Brahmán es “aquello que se expande”, o lo que es lo mismo “Dios”; y Charya es “el que se mueve o vive con”.

Respecto a la institución de los cuatro áshramas, es la primera de las cuatro órdenes, haciendo alusión al monje célibe que se dedica única y exclusivamente al estudio de de las Sagradas Escrituras de los Vedas (Shastras) y que se encuentra al servicio del Maestro espiritual.

Pero más allá del significado literal o del significado dentro de los áshramas, la palabra Brahmacharya es significado de vida regulada, ya que la esencia de Brahmacharya es la disciplina por la vía del autocontrol.

Aquel que es practicante de Yoga, no puede, ni debe obviar el aspecto Brahmacharya, dado que sin dicho aspecto no se obtiene el objeto último de Yoga. Así, todo practicante de Yoga, ha de practicar Brahmacharya, o lo que es lo mismo, todo Brahmacharya es un serio practicante de Yoga.

¿Y qué significa realmente practicar Brahmacharya?. Controlar los sentidos. El Srimad Bhagavatam 3.26.13-14 nos enseña cuales son los sentidos de los que el cuerpo físico es provisto:
indriyāni daśa śrotram
tvag drg rasana-nāsikāh
vāk karau cara
au medham
pāyur daśama ucyate

mano buddhir ahankāraś
cittam ity antar-ātmakam
caturdhā laksyate bhedo
vrttyā lakasana-rūpayā

Los sentidos de adquisición de conocimiento y los órganos de acción son diez: el sentido auditivo, el sentido del gusto, el sentido del tacto, el sentido de la vista, el sentido del olfato, el órgano activo del habla, los órganos activos de trabajo, y los órganos para trasladarse, engendrar y evacuar.

Los sentidos sutiles o internos, se experimentan en cuatro aspectos, en la forma de mente, inteligencia, ego y conciencia contaminada. Se diferencian entre sí solamente por sus distintas funciones, pues representan distintas características”.

Así pues, el Yogui ha de controlar los diez sentidos de adquisición de conocimiento y órganos para la acción, que interactúan a través de lo que se denomina las nueve puertas del cuerpo: Los dos ojos, los dos oídos, las dos fosas nasales, la boca, el órgano genital y el órgano excretor. Y los tres sentidos sutiles: mente, inteligencia y ego; manifestados en esos mismo aspectos, además de la conciencia contaminada.

Si la finalidad última del Yoga, es alcanzar el estado de Amor Puro por la Suprema Personalidad de Dios, es decir, Prema Bhakti. Y Prema Bhakti es el estado de éxtasis amoroso por la plena absorción en la Suprema Personalidad de Dios a través del Servicio Devocional Puro o Bhakti Yoga. A esta plena absorción se la denomina Samadhi, el último de los miembros del Yoga tradicional o Asthanga Yoga. Pero para lograr la plena absorción, en imprescindible la meditación, Dhiana, séptimo miembro del Asthanga. Y a la meditación sólo se accede por el pleno control de los sentidos, burdos y sutiles.

Así, en el Bhagavad Gita 5.11 se afirma:

kāyena manasā buddhyā
kevalair indriyair api
yoginah karma kurvanti
sangam tyaktvātma-śuddhaye

Los yogis, abandonando el apego, actúan con el cuerpo, la mente, la inteligencia, e incluso con los sentidos, únicamente con el fin de purificarse”.

Actuar con el cuerpo, la mente, la inteligencia y los sentidos libres de apego, se logra únicamente por el pleno control de los mismos. La persona que es capaz de actuar en tales condiciones, es alguien que es consciente de Krishna, consciente de Dios.

En el Bhakti-rasāmrta-sindhu (1.2.187) Sri Rupa Gosvami describe el proceso anterior de la siguiente manera:

īhā yasya harer dāsye karmanā manasā girā
nikhilāsv apy avasthāsu jīvan-muktah sa ucyate

Una persona que actúa con conciencia de Krishna con el cuerpo, la mente, la inteligencia y las palabras, es una persona liberada incluso en el mundo material, aunque esté dedicada a muchas actividades supuestamente materiales”.

Es decir, esa persona no tiene ego falso, ya que no cree que el cuerpo o su mente sean ella misma, sabe que no es el cuerpo y que éste no le pertenece. De esta manera no se encuentra confundida y deja de vivir en ansiedad constante, erradicando el temor y la consiguiente ira de su vida. Alguien así es un Brahmachary y puede lograr cualquier cosa que se proponga.

Mis mejores deseos en la práctica de BRAHMACHARYA.

Nityasevaka.