domingo, 24 de octubre de 2010

EL PORQUE DEL DESARROLLO PERSONAL

Existe la impresión generalizada de que el mundo es un  auténtico desastre. Basta con que miremos a nuestro alrededor o que pongamos la televisión para que nos asalten imágenes de lo que pasa en nuestro país o en otros lugares del mundo.
Parece ser que el horizonte que atisbamos se llena de nubarrones y que lo único que nos espera es la oscuridad. Es por ello que hay quien piensa que lo de antes era mejor, sin darse cuenta que la sociedad camina en sentido cíclico, donde aquello que no se cambia está condenado a ser repetido.

Tras la primera guerra mundial muchos renegaban de la idea de otra gran guerra, inspirados en los millones de muertos de la primera. Pero sobrevino la segunda, y entonces no solo se volvió a repetir lo ocurrido con la primera, sino que asistimos a una nueva forma de eliminación sistemática de la especie humana, plasmado en el hecho del holocausto judío.

¿Por qué se repitió aún más cruentamente lo sucedido tan sólo veinte años atrás? Simplemente porque no aprendimos. Y no aprendimos hasta el punto que la historia se repitió con la guerra de Corea, Vietnam, Afganistán (era soviética), primera guerra del Golfo, guerra de de Yugoslavia, Kosovo, Segunda guerra del Golfo, Afganistán (era americana), sin contar con las sucesivas sufridas en el continente africano.

Qué es lo que no hemos aprendido, no hemos aprendido a amar, a ser tolerantes y comprensivos, a soportar las diferencias en el otro, a solucionar un problema sin causar dos más.

Nos vanagloriamos de lo avanzado del hombre actual. Ciertamente está avanzado técnica y tecnológicamente. Pero entre el hombre de ahora y el de las cavernas no hay más diferencia que las armas que utiliza. Podemos decir que somos unos primitivos tecnológicos.

Si extrajéramos al ser humano de este planeta, el equilibrio sería la nota predominante. Pues lo natural es lo que permanece en equilibrio, y la naturaleza es equilibrio, pues sigue los procesos naturales de creación o nacimiento, sustentación y reproducción y destrucción, muerte y trasformación. Por lo tanto, ¿dónde está el problema? El problema está en cómo los seres humanos nos relacionamos entre nosotros, y como a su vez nos relacionamos con nuestro entorno. No es un secreto que los hombres tenemos un problema de relación entre los de nuestra especie, y que ese problema lo hacemos extensivo al resto de las especies y ecosistema.

Volvemos la espalda a nuestra  naturaleza y por extensión a la Naturaleza, de la que hemos salido. El Universo es perfecto, sus leyes son perfectas, la naturaleza es perfecta. Existe una coordinación universal con procesos idénticos en el macrocosmos y en el microcosmos, como nos enseña el Yoga: “lo que está arriba, está abajo”. La forma como se interrelacionan nuestros átomos, electrones, neutrones y células, siguen los mismos patrones de comportamiento que el modo en el que se relacionan los diferentes elementos de nuestro sistema solar y otros sistemas. Esta interrelación ya fue plasmada hace más de 5000 años en el Srîmad Baghavâtam (Canto III), uno de los textos védicos más excelsos que se conocen. Así pues, y tal como dice el Yoga, la vida, la existencia es ananda, es decir, alegría; por lo que la esencia del hombre también lo es. Entonces, ¿por qué no hay alegría en el hombre?, simplemente porque se le ha olvidado de interrelacionarse correctamente, es decir, amar.
Quien ama, es feliz, quien es feliz vive más y mejor, porque hasta padece menos enfermedades. Es un hecho demostrado científicamente.
Muchos maestros a lo largo de la historia se han esforzado por explicar lo que es el amor, pero lo único que está claro es que aún no hemos comprendido su significado.

Aún  así, nos quejamos amargamente de cómo está el mundo, pero no hacemos nada para cambiarlo. Y nos preguntamos, ¿cómo voy a cambiar yo el mundo?, es mucho mundo para tan sólo una persona. Muy fácil, comienza por sonreír un poco más a quien tienes delante, aprende a escuchar un poco más y a que el otro se sienta escuchado, aprende a comprender lo que el otro te expresa poniéndote en su lugar. Porque todos somos diferentes, pero iguales en el fondo. Seguro que lo que a mí no me gusta que me hagan, va a ser lo que a quien tengo en frente no le guste que le hagan también.

El desarrollo personal es el medio a través del cual pasamos del primitivo tecnológico a la Persona. No es lo mismo un ser humano que una persona, el ser humano es un animal racional, perteneciente meramente a la Teoría de la Evolución de Darwin. La Persona es un ser evolucionado, que ha superado la fase animal para transformarse en un ser espiritual, en equilibrio con el mismo y su entorno, entonces incapaz de causar mal de manera consciente, y en un estado de mayor evolución, ni aún inconscientemente. Ya que pasará a ser un Ser Consciente, Autoconsciente.

Este es el primer paso para comenzar el Camino de la Realización.
                                                       Ejercicio Práctico 1

Cuando cruces la mirada con alguien, sonríe, pues la sonrisa causa un efecto positivo en quien la ejerce y un sentimiento de calor humano y cercanía en quien la observa. Te podrás encontrar dos reacciones, una de sorpresa, pues no es común que alguien que no conoces te sonría; dos, recibirás otra como respuesta. Ello ayudará sin duda a generar un buen clima.


Ejercicio Práctico 2

Cuando alguien te cuente algo, escúchale sin interrumpir. Es importante que el otro se sienta escuchado, y visualízate como si eso mismo te estuviera pasando a ti.

Esta técnica fomentará la empatía en ti, es decir, poder sentir aquello que el otro siente, lo cual os acercará como seres humanos. Así mismo, al sentirse el otro escuchado, reafirmará su autoestima, base para poder amar.


Bendiciones y buena suerte en la práctica.

Sri Nityasevaka

martes, 12 de octubre de 2010

EL ÚLTIMO DIA DE UN SUEÑO

Según algunos estudios, esto es lo que hace una persona durante los 75 años de vida que tiene de media:
  • Duerme 24 años
  • Trabaja 12 años
  • Ve la televisión durante 6 años y medio
  • Conduce durante otros 6 años y medio
  • Utiliza internet durante 5 años y medio
  • Come y bebe durante 5 años
  • Se pasa 4 años hablando
  • Durante 2 años y medios está enfermo
  • Realiza deporte durante 1 año y medio
  • Cocina durante 1 año
  • Durante 10 meses está en la ducha
  • Habla por teléfono 180 días
  • Utiliza 140 días en comprar
  • Durante 90 días se cepilla los dientes
  • Se pasa 3 días mirando el reloj
  • El resto las invierte en otras actividades
Si hemos visto detenidamente el vídeo de cabecera llamado "Last Day Dream", en apenas 45 segundos vemos los instantes más importantes por los que una persona pasa a lo largo de su vida. Las impresiones de nuestra existencia. Lo demás forma parte del listado más o menos cuantificado de acciones reflejas e inconscientes que llenan nuestra existencia y que en absoluto ayudan a darle sentido.

La felicidad se basa en el sentido positivo que damos a nuestra existencia, el sentido consciente, no inconsciente que tiene cada uno de los actos. No se trata de moralidad, sino del pragmatismo más realista que existe. Somos felices, en tanto en cuanto hacemos felices, hacemos felices, en tanto en cuanto actuamos con sentido positivo, y actuamos con sentido positivo en tanto en cuanto somos más conscientes de quienes somos y la finalidad de nuestra existencia.

Una de las frases más categóricas que he escuchado es la siguiente. "Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas".

El resumen de tu vida se condensa en el impás de fundido blanco con el que termina el vídeo. Si tras volver a ver el vídeo y entrar en el fundido, crees que te queda algo por hacer o hay algo que quizá pudieras hacer mejor, aún tienes la oportunidad.

Cierra los ojos y centra tu mirada interior entre los dos ojos, inspira profundamente tres o cuatro veces. Después inspira profundamente y retén durante 3 segundos el aire, y escucha los latidos de tu corazón y como este desacelera, repitiendo esta acción cinco o seis veces. Luego toma aire llenando el estómago, y libera lentamente el aire llevandolo desde el bajo vientre hasta el ombligo, de ahí a la boca del estómago, súbelo al pecho, a la garganta y expúlsalo por la nariz, pero como si realmente saliera por la parte superior de tu cabeza y repite este mecanismo hasta que lo hagas naturalmente.

Hecho esto, repítete "Lo que doy, me lo doy. Lo que no doy, me lo quito". Piensa qué es lo que tendrías que dar a los demás que te gustaría que otros te dieran y empieza a cambiar, para que cuando tu vista se funda en blanco, no te dejes nada por hacer, ni tengas nada que rehacer.

"Si quieres que el mundo cambie, cambia y el mundo cambiará contigo"

Bendiciones.
Sri Nityasevaka