jueves, 29 de noviembre de 2012

FABRICAR UN DIOS A NUESTRA MEDIDA

Nuestra mente fluctúa al igual que lo hace el agua de mar con las mareas. ¿A caso somos capaces de predecir donde alcanzará la marca de la siguiente ola en la arena de la playa?. Igualmente, ¿podemos garantizar que no cambiaremos de opinión respecto a lo que hoy creemos y pensamos?. Seguramente lo que creíamos en nuestra adolescencia como algo categórico, ahora en nuestra más o menos madurez no se ajusta a aquello.

Lo mismo ocurre con el concepto que cada uno de nosotros albergamos sobre Dios. Quizá la definición que de pequeños dábamos de Él no es ni parecida a la que hoy en día tenemos. Pues al aprendizaje iniciático y religioso, en muchos casos, de la niñez, le ha acompañado una experiencia de vida, hasta el día de hoy. Así, si fuéramos capaces de recordar la evolución completa de nuestro pensamiento, observaríamos que éste ha cambiado y ha ido evolucionando. Todo ha cambiado, pero de todo, tan sólo una cosa permanece inalterable, tal como al principio de los tiempos, el mismo Dios, que no cambia, como lo hace nuestra mente.

La religión sin filosofía es puro sentimentalismo, y la filosofía sin religión, es tan sólo especulación mental. Esta especulación mental fluye del intelecto de quien concluye por si, de manera que, tal como se dice en el Bhagavad Gita (18.32): “adharmaṁ dharmam iti yā manyate tamasāvṛtā sarvārthān viparītāṁś ca buddhiḥ sā pārtha tāmasī”, es decir: “La comprensión que considera que la irreligión es religión y que la religión es irreligión, bajo el hechizo de la ilusión y la oscuridad, y que se esfuerza siempre en la dirección equivocada, ¡oh, Pārtha!, está en el plano de la modalidad de la ignorancia”.

A este respecto la Religión se explica en términos de la adoración a Dios, mientras que la Filosofía se explica en los términos de la inmortalidad del alma y otros temas. Se requiere la combinación de ambos para alcanzar la perfección del conocimiento, y esta perfección en el conocimiento se denomina Jñana vijñana astikyam, es decir “tener plena fe en los sastras y en Dios”. Los Sastras son aquellos que nos hablan sobre la Filosofía y que nos ayudan a comprender a la Suprema Personalidad de Dios, a fin de que, comprendiendo una milésima parte de Él lo reconozcamos a través de sus infinitas manifestaciones, y nos situemos en la posición de adoración respecto a Él, Religión.

Cuando creamos nuestra propia filosofía, creemos que la irreligión es religión, es decir, que nuestra propia percepción de Dios, nos hace creer que Dios es así en realidad. La consecuencia de ello, suele ser el ateísmo, cuando ese Dios imaginario nos defrauda, porque no responde a nuestras expectativas. O cuando, por efecto de nuestra mente fluctuante, no fijamos un concepto cierto, el impersonalismo. Es decir, tomar a Dios por el Todo, pero sin poseer una referencia concreta de a quién he de adorar. Así, todas las manifestaciones de Dios son Dios, pero Dios no es ninguna de ellas en particular, sino que simplemente se expande en todo. Pero a fin de cuentas, tan sólo poseemos algo difuso donde agarrar. Y es ahí donde viene la duda, la falta de fe.

Para evitar esta debacle, y como ya se ha expresado en tantas y tantas ocasiones, es necesaria tener plena fe en la filosofía que nos habla acerca de Dios. Y ¿cuál es la mejor Filosofía que nos habla acerca de Dios?, aquella que mejor nos hace rendirnos a Él, es decir, la que mejor nos conduce a la Religión en su sentido puro, y no al concepto religioso del hombre, que pone a Dios como excusa para satisfacer sus propios intereses.

Esa filosofía, ha de ser explicada y enseñada por quien, que no sólo sea un filósofo, sino que además sea un religioso, es decir, que se haya entregado a Dios por completo, y por esa entrega haya comprendido la verdad que lo ha liberado, o al menos, lo sitúe en una posición de mayor liberación a la nuestra. Así, si me encuentro atado de pies y manos, completamente inmovilizado y deseo desatarme, pero no puedo, ¿no acudiré a quien se encuentra ya desatado, o que al menos tiene una mano libre con la que puede ayudarme a desatarme?. Ese es el Gurú, el maestro espiritual. Alguien que conoce la filosofía, pero que además se ha entregado por completo. La autoridad del Gurú es la consecuencia de su entrega, y esa autoridad se basa en una cadena discipular, que garantiza la sucesión y puesta en práctica de ese conocimiento. Así la filosofía no se queda en el mundo de los pensamientos de Platón, sino que pasa a la esfera de la experiencia personal, con el fin de alcanzar la adoración del Supremo, cual es la finalidad de nuestra existencia. En este proceso se rompe el tópico de la fe ciega. La fe ciega es inútil, pues tan sólo con acercase al maestro espiritual, la fe se transforma en práctica, por la explicación acerca de la filosofía.

No hay conocimiento, si no hay maestro, como no hay liberación de las cuerdas que nos atan, si no hay herramientas o personas que nos permitan liberarnos. Si tenemos la suficiente fortuna, encontraremos a la persona adecuada, y cuando la encontramos nos entregamos a ella. Una vez nos hemos entregado, le podremos hacer las preguntas adecuadas. Sólo si hay preguntas, se puede progresar en la senda espiritual, pues las preguntas y las respuestas son para entender, y esa comprensión sirve para practicar el servicio a Dios a través de los demás. Sólo por ese servicio, llegaremos a adorar debidamente a Dios, no al Dios preconcebido por nosotros, o al que desearíamos encontrar, sino al que durante una eternidad nos lleva contemplando con su inmensa misericordia y bondad, esperando que nos rindamos a la evidencia de que, tan sólo por nuestro esfuerzo y su misericordia sin causa, lo podremos alcanzar.

Esta es la clave del éxito.

Acepta mis humildes reverencias.

Tu eterno sirviente, Nityasevaka.
 

viernes, 16 de noviembre de 2012

EL YOGA Y EL PROCESO DE CONOCIMIENTO DE DIOS

Que el hombre sufre es un hecho objetivo, y que sufre porque quiere, es una cuestión que no solemos querer aceptar, pero que quien es un poco inteligente acepta como punto de inflexión para abandonar el sufrimiento.
Existen muchas manifestaciones del sufrimiento, aunque sólo hay un sufrimiento. Sufrimos por nuestros padres, hermanos, familiares, por quedarnos solos, no ser reconocidos, por la abundancia material, etc. Esas son diferentes manifestaciones de ese único sufrimiento del que hablaba antes. ¿Cuál es ese único sufrimiento?, vernos separados de Dios, desconocer a Dios. Y ese único sufrimiento somos nosotros quienes lo alimentamos o lo apagamos, o lo que es lo mismo, tan sólo sufrimos porque queremos sufrir.
Dios, en su inmensidad nos proporciona todos aquellos medios necesarios para que, reconociendo la necesidad de acercarnos al él y conocerlo, podamos hacerlo. Y aunque muestra múltiples formas de hacerlo a través de múltiples caminos, sendas o filosofías, quien de verdad desea hacerlo, de corazón, de una vez para siempre, recibe el mismo mensaje final.
Así, en el Bhagavad Gita 7.3, Krishna dice:
manusyānān sahasresu
kaścid yatati siddhaye
yatatām api siddhānā
m
kaścin mā
m vetti tattvatah
De muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerce por la perfección, y de aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad”
En sus comentarios a este verso Bhaktivedanta Swami dice: “Existen varias categorías de hombres, y de muchos miles de ellos, puede que uno esté lo suficientemente interesado en la comprensión trascendental como para tratar de saber qué es el ser, qué es el cuerpo y qué es la Verdad Absoluta. Por lo general, la humanidad simplemente está dedicada a las propensiones animales, es decir, a comer, dormir, defenderse y aparearse, y casi nadie está interesado en el conocimiento trascendental. Los primeros seis capítulos del Gītā son para aquellos que están interesados en el conocimiento trascendental, en entender el ser, el Superser y el proceso de comprensión por medio del jñāna-yoga, del dhyāna-yoga y del proceso de discriminar entre el ser y la materia. Sin embargo, a Krṣṇa únicamente lo pueden conocer las personas que están conscientes de Krṣṇa. Los demás trascendentalistas puede que lleguen a la comprensión del Brahman impersonal, pues ello es más fácil que entender a Krṣṇa. Krṣṇa es la Persona Suprema, pero al mismo tiempo está más allá del conocimiento del Brahman y Paramātmā. Los yogīs y jñānīs se confunden en sus intentos de entender a Krṣṇa. Si bien el más grande de los impersonalistas, Śrīpāda Śakarācārya, ha admitido en su comentario al Gītā que Krṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, sus seguidores no aceptan a Krṣṇa como tal, ya que es muy difícil conocer a Krṣṇa, aun a pesar de que se posea la comprensión trascendental del Brahman impersonal.

Krṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, la causa de todas las causas, el primordial Señor Govinda. Īśvara parama krṣṇa sac-cid-ānanda-vigraha/ anādir ādir govinda sarva-kāraa-kāraam. A los no devotos les resulta muy difícil conocerlo. Aunque los no devotos declaran que el sendero del bhakti, o del servicio devocional, es muy sencillo, no lo pueden practicar. Si el sendero del bhakti es muy sencillo, como lo proclama la clase de hombres no devotos, entonces ¿por qué ellos emprenden el sendero difícil? En realidad, el sendero del bhakti no es sencillo. Puede que el supuesto sendero del bhakti —que practican ciertas personas desautorizadas y carentes de conocimiento acerca del bhakti— sea fácil, pero cuando el bhakti se practica de hecho conforme a las reglas y regulaciones, los filósofos y eruditos especuladores abandonan el sendero. Śrīla Rūpa Gosvāmī escribe en su Bhakti-rasāmrta-sindhu (1.2.101):
śruti-smrrti-purānādi pañcarātra-viddhim vinā
aikāntikī harer bhaktir utpātāyaiva kalpate

“El servicio devocional del Señor que hace caso omiso de las Escrituras védicas autorizadas, tales como los Upanisads, los Purānas y Nārada-pañcarātra, es simplemente una perturbación innecesaria en la sociedad”.

No es posible que el impersonalista que posee la comprensión del Brahman o que el yogī con la comprensión del Paramātmā entiendan a Krṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, como hijo de madre Yaśodā o como auriga de Arjuna. Hasta los grandes semidioses a veces se confunden en relación con Krṣṇa: (muhyanti yat sūraya). tu veda na kaścana: “Nadie Me conoce tal como soy” —dice el Señor. Y si uno sí lo conoce, entonces sa mahātmā su-durlabha. “Un alma así de grande es muy difícil de encontrar”. Por consiguiente, a menos que uno le preste servicio devocional al Señor, no puede conocer a Krṣṇa tal como Él es (tattvata), aunque uno sea un gran erudito o filósofo. Sólo los devotos puros pueden conocer algo de las inconcebibles cualidades trascendentales que hay en Krṣṇa, del hecho de ser la causa de todas las causas, de Su omnipotencia y opulencia, y de Su riqueza, fama, fuerza, belleza, conocimiento y renunciación, porque Krṣṇa es muy benévolo con Sus devotos. Él es la última palabra en lo que se refiere a la comprensión del Brahman, y sólo los devotos pueden llegar a comprenderlo tal como Él es. Por eso se dice:

ata śrī-krṣṇa-nāmādi na bhaved grāhyam indriyai
sevonmukhe hi jihvādau svayam eva sphuraty ada

“Mediante los torpes sentidos materiales, nadie puede entender a Krṣṇa tal como Él es. Pero Él se les revela a los devotos, por estar complacido con ellos en virtud del trascendental servicio amoroso que le prestan a Él” (Brs. 1.2.234).

Y en el Evangelio de  Marcos 10.17-30, se dice:

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".  Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.  Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".  El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".  Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".  El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.  Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!".

Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.  Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".  Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".  Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".  Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".  Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa,  hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,  desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.

Como podemos ver, ambos son un mismo mensaje final para quien se acerca a Dios y le pregunta, ¿cómo puedo seguirte?, ¿cómo puedo conocerte?, ¿como puedo practicar Yoga?, ¿cómo te puedo servir?, ¿qué es lo que tengo que hacer para dejar de sufrir?. No hay paños calientes. Aquí no se habla del buen rollo de la relajación, de la meditación y de tantas y tantas técnicas pseudo espirituales, que no es que sean malas, sólo que tan sólo son analgésicos, que terminado su efecto, son anulados por el dolor y sufrimiento debido al sentimiento de separación.
En India, a este mes de le denomina el mes de Kartik o mes de Damodara. En este mes se conmemora el pasatiempo en el cual, Yasodā, madre de Krishna, intenta atarlo con una cuerda para que se estuviera quieto. Así Yasodā coge una cuerda, pero al intentar atarlo, le faltaban dos dedos de cuerda, con lo que decide unir a la primera una segunda. Pero al intentar de nuevo atarlo, le siguen faltando dos dedos. Ella si comprender lo que ocurría, une una tercera cuerda a las dos anteriores, faltándole nuevamente dos dedos de cuerda para atar al niño Krishna. Y así sucesivamente  hasta que acuden vecinas con cuerdas para unir a las anteriores, faltando siempre dos dedos de cuerda para atar su cintura. Sólo cuando Krishna quiso, la cuerda dio para atarlo.
Los dos dedos de cuerda que faltan, simbolizan, uno la voluntad de uno y el otro la Misericordia de Krishna para ser atado.
Para llegar a Dios, para conocerlo y dejar definitivamente de sufrir es necesario esfuerzo, como el que Jesús pide a quien se le acerca y lo llama Maestro Bueno. Por ese esfuerzo, se nos concede el segundo dedo, la Misericordia de Dios, la Misericordia de Krishna para poderlo atrapar en nuestros corazones.
Nadie está obligado a tener que esforzarse, como el marinero no está obligado a remar durante una tormenta en el mar. Pero es cierto que si el marinero no hace todo lo posible el barco se hundirá y el marinero morirá en el mar. Este mar es el océano causal, Samsara, en el cual nuestros cuerpos nacen y mueren reiteradamente, recordando una y otra vez todas las penalidades y sufrimientos de la vida.
El proceso del Yoga, es el proceso de conocer a Dios y entregarnos a Él, o dicho de otro modo, es el proceso de Consciencia de Krishna. Para que el sufrimiento y el temor de la vida finalicen por siempre este es el proceso. No hay otra manera, no hay otra manera, no hay otra manera.
Feliz mes de Kartik.
Nityasevaka.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

BRAHMACHARYA, EL AUTOCONTROL.

De este primer miembro del Asthanga Yoga, Yama, el cuarto aspecto es el de BRAHMACHARYA.

El significado literal de la palabra Brahmacharya es “el que vive o se mueve con Dios”. Brahmán es “aquello que se expande”, o lo que es lo mismo “Dios”; y Charya es “el que se mueve o vive con”.

Respecto a la institución de los cuatro áshramas, es la primera de las cuatro órdenes, haciendo alusión al monje célibe que se dedica única y exclusivamente al estudio de de las Sagradas Escrituras de los Vedas (Shastras) y que se encuentra al servicio del Maestro espiritual.

Pero más allá del significado literal o del significado dentro de los áshramas, la palabra Brahmacharya es significado de vida regulada, ya que la esencia de Brahmacharya es la disciplina por la vía del autocontrol.

Aquel que es practicante de Yoga, no puede, ni debe obviar el aspecto Brahmacharya, dado que sin dicho aspecto no se obtiene el objeto último de Yoga. Así, todo practicante de Yoga, ha de practicar Brahmacharya, o lo que es lo mismo, todo Brahmacharya es un serio practicante de Yoga.

¿Y qué significa realmente practicar Brahmacharya?. Controlar los sentidos. El Srimad Bhagavatam 3.26.13-14 nos enseña cuales son los sentidos de los que el cuerpo físico es provisto:
indriyāni daśa śrotram
tvag drg rasana-nāsikāh
vāk karau cara
au medham
pāyur daśama ucyate

mano buddhir ahankāraś
cittam ity antar-ātmakam
caturdhā laksyate bhedo
vrttyā lakasana-rūpayā

Los sentidos de adquisición de conocimiento y los órganos de acción son diez: el sentido auditivo, el sentido del gusto, el sentido del tacto, el sentido de la vista, el sentido del olfato, el órgano activo del habla, los órganos activos de trabajo, y los órganos para trasladarse, engendrar y evacuar.

Los sentidos sutiles o internos, se experimentan en cuatro aspectos, en la forma de mente, inteligencia, ego y conciencia contaminada. Se diferencian entre sí solamente por sus distintas funciones, pues representan distintas características”.

Así pues, el Yogui ha de controlar los diez sentidos de adquisición de conocimiento y órganos para la acción, que interactúan a través de lo que se denomina las nueve puertas del cuerpo: Los dos ojos, los dos oídos, las dos fosas nasales, la boca, el órgano genital y el órgano excretor. Y los tres sentidos sutiles: mente, inteligencia y ego; manifestados en esos mismo aspectos, además de la conciencia contaminada.

Si la finalidad última del Yoga, es alcanzar el estado de Amor Puro por la Suprema Personalidad de Dios, es decir, Prema Bhakti. Y Prema Bhakti es el estado de éxtasis amoroso por la plena absorción en la Suprema Personalidad de Dios a través del Servicio Devocional Puro o Bhakti Yoga. A esta plena absorción se la denomina Samadhi, el último de los miembros del Yoga tradicional o Asthanga Yoga. Pero para lograr la plena absorción, en imprescindible la meditación, Dhiana, séptimo miembro del Asthanga. Y a la meditación sólo se accede por el pleno control de los sentidos, burdos y sutiles.

Así, en el Bhagavad Gita 5.11 se afirma:

kāyena manasā buddhyā
kevalair indriyair api
yoginah karma kurvanti
sangam tyaktvātma-śuddhaye

Los yogis, abandonando el apego, actúan con el cuerpo, la mente, la inteligencia, e incluso con los sentidos, únicamente con el fin de purificarse”.

Actuar con el cuerpo, la mente, la inteligencia y los sentidos libres de apego, se logra únicamente por el pleno control de los mismos. La persona que es capaz de actuar en tales condiciones, es alguien que es consciente de Krishna, consciente de Dios.

En el Bhakti-rasāmrta-sindhu (1.2.187) Sri Rupa Gosvami describe el proceso anterior de la siguiente manera:

īhā yasya harer dāsye karmanā manasā girā
nikhilāsv apy avasthāsu jīvan-muktah sa ucyate

Una persona que actúa con conciencia de Krishna con el cuerpo, la mente, la inteligencia y las palabras, es una persona liberada incluso en el mundo material, aunque esté dedicada a muchas actividades supuestamente materiales”.

Es decir, esa persona no tiene ego falso, ya que no cree que el cuerpo o su mente sean ella misma, sabe que no es el cuerpo y que éste no le pertenece. De esta manera no se encuentra confundida y deja de vivir en ansiedad constante, erradicando el temor y la consiguiente ira de su vida. Alguien así es un Brahmachary y puede lograr cualquier cosa que se proponga.

Mis mejores deseos en la práctica de BRAHMACHARYA.

Nityasevaka.

martes, 2 de octubre de 2012

ASTEYA, NO ROBAR.

Dentro de los ocho aspectos del Yoga tradicional o Asthanga Yoga, nos encontramos desarrollando el primero de ellos, referente a los Yamas, o aquello que está prohibido.

Las prohibiciones no deben enfocarse desde la dimensión de la restricción que uno ha de practicas o Tapas (Austeridad), sino que son más bien principios ético y morales preexistentes a la propia condición humana. Es lógico pensar que antes de fabricar una maquina, es necesario que el ingeniero tenga en consideración las piezas y los principios físicos que hagan que la misma realice su función. Por lo que primero hay que definir las funciones, preexistentes a la maquinaria, y acomodar los principios de la Física a fin de esas funciones puedan ser desarrolladas por cada una de las partes que integran la maquina en cuestión. Así, los Yamas serías esos principios para el correcto funcionamiento de las funciones.

El concepto de NO ROBAR, es muy antiguo, quizá pudiera entenderse que la primera vez que se pudo por escrito fueran en las tablas de la Ley de Moisés, pero hablamos de un principio preexistente que abarca aspectos mucho más amplios que el simple hecho de arrebatar a otro lo que no nos pertenece.

Si bien la palabra Yoga puede traducirse por Unión, realmente la palabra Yoga define el proceso íntimo de conocimiento de Dios y que concluye con el estado de Amor Puro por Él, denominado Prema Bhakti. Amor Puro significa servicio, pues quien ama de verdad sirve al objeto amado, por la tapa de perfeccionamiento último del Yoga es denominada Bhakti Yoga o Servicio Devocional Puro.

Es muy significativa, pues, la relación existente entre la perfección del Yoga y el concepto de Asteya. Si nos imaginamos un lord inglés junto con su mayordomo, en numerosas películas vemos la figura del mayordomo como alguien completamente fiel a su amo e íntegro en sus actos. Es decir, su vida es el Señor, y él simplemente sirve a eses señor. No desea ocupar la posición del Señor, sino que simplemente está a su servicio. Este sería un ejemplo de Asteya.

Asteya podemos traducirlo como 'A': No; 'STEYA': Robar. Pero más allá de la terminología semántica, subyace el significado básico de la Honestidad, la Integridad ética y Moral, así como la carencia de codicia.
Para no robar es necesario:
1.      Poseer unos valores lo suficientemente sólidos de Honestidad e Integridad moral y Ética, como para no tomar, para beneficio propio, bienes materiales, intelectuales o espirituales de otro, y hacerlos de uno. Aquí, el abanico que se abre es muy grande, pues ya no nos referimos únicamente a recoger del suelo 20 euros que a alguien se le ha caído y hacerlos nuestros; sino que también incluimos el hecho de que hay muchas personas que, por ejemplo, estudia una filosofía concreta, o unas técnicas concretas, propiedad de la humanidad, como son los Vedas, y todas aquellas ramificaciones derivadas de los mismos, como bien puede ser el Hatta-Yoga, y se gana la vida con ello. Ello, éticamente es reprobable, dado que ese conocimiento no ha sido inventado por él, sino que hacer más de 5000 años fue compilado en textos como los Upanishads, como conjunto de enseñanzas trasmitida de maestro a discípulo, a fin de que dicho conocimiento no se perdiese. Pero en ninguna de esas enseñanzas upanichática el gurú dice a los discípulos, ved y ganar dinero con esto. Sino que, por el contrario dice, ved y enseñar esto.
2.      A colación con el caso anterior, a quienes nos se ganan la vida económicamente con ello, pero si que persiguen reconocimiento a su causa, situándose en una posición que no le corresponde. Así hay supuestos gurús autoproclamados, quienes hacen su propio potaje de enseñanzas, amoldándolas a sus necesidades, y situándose en el lugar que le corresponde a Dios. Es decir, el roban al mismo Dios las enseñanzas, toman otras creadas por los hombre, y se erigen como objeto de adoración y objeto de reconocimiento a sus mesiánicas misiones de salvar al mundo, o aportar luz con sus productos manufacturados. Tanto en el primero de los casos, como en este segundo, el Sastra, el Veda, dice de ellos que son "LADRONES Y SINVERGÜENZAS", y quienes segundan, animan o apoyan a estos ídolos de barro y temporales, son cooperadores necesarios.
3.      En tercer lugar, el significado de Asteya, nos conduce a la Ausencia de Codicia. Quien no desea tener para sí, nunca puede ser codicioso, y quien desconoce la codicia jamás puede llegar a apropiarse de lo que no le corresponde. Lo cual también está relacionado con el desapego. Mientras permanezcamos con los sentidos fuera de los objetos de los sentidos, nos mantendremos desapegados, y mientras esto subsista, nuestra mente no codiciará, pues se encontrará en paz, por lo que no sufriremos.
4.      Asteya significa el justo equilibrio en el trabajo y la obtención de los rendimientos del mismo. Es decir, velar por la sociedad equilibrada e igualitaria en el justo equilibrio en el reparto de los recursos y el trabajo. Actualmente nuestra sociedad no es igualitaria, por eso el rico tiene mucho y no comparte, mientras que el pobre se muere en la calle. Eso es debido fundamentalmente a que nos servimos a nosotros mismos y hemos dejado de mirar hacia las necesidades de la sociedad, por lo que, arrebatando cuotas de otros, me hago más rico yo, sin pensar en que, cuanto más tenga yo, menos tendrá otro. Los recursos, tanto de materias primas, como económicos y financieros son limitados. Al vivir en una sociedad en crisis de valores humanitarios, éticos y morales, se hace más evidente la limitación de dichos recursos, y el aprovisionamiento de los mismos por parte de un sector mínimo de la población. Así, las 225 riquezas más grande del mundo equivale a la renta nacional del 47% de países más podres de de la población mundial, es decir, 2500 millones de personas.
El claro discernimiento de nuestra identidad es el mejor antídoto contra la falta de Honestidad y Honradez. Conociendo nuestra auténtica naturaleza espiritual, y desechando el disfrute temporal de la posesión inútil, dominada por STEYA, lograremos entender los aspectos que nos conduzcan a una mayor libertad, a la falta de deseo y codicia, eliminando la frustración y con ello la ira de nuestras vidas. Así, lograremos ser felices y hacer felices a otros.

Mis mejores deseos en la práctica de ASTEYA.

Nityasevaka.

jueves, 16 de agosto de 2012

SATYA, LA VERACIDAD.

Los ocho aspectos del Yoga tradicional o Asthanga Yoga son:
  1. Lo que está prohibido: Yama.
  2. Lo que debe hacerse o está preceptuado: Niyama.
  3. Las posturas o posiciones físicas: Asana.
  4. El control de la respiración: Pranayama.
  5. Comer lo justo y necesario: Pratiajara.
  6. La concentración y control de la mente: Dharana.
  7. La meditación: Dhiana.
  8. La completa Absorción: Samadhi.
Este es el camino completo de purificación hasta alcanzar el estado de Prema Bhakti, o estado de Amor puro por Dios, o lo que es lo mismo, el servicio devocional puro a Dios.

Igual que el agua mezclada con barro no puede cumplir su función de saciar la sed de quien sufre los rigores de la sed, y debe ser potabilizada antes. Similarmente, el alma encarnada, la cual se encuentra contaminada por las modalidades de la naturaleza material, no puede cumplir con su función, Amar a Dios sobre todas las cosas y entregarse a Él en servicio eterno (Nitya Dasa).

En la entrada anterior se habló de Ajimsa o no violencia, primer aspecto contenido dentro de los Yamas.

El segundo aspecto contenido en los Yamas se denomina Satya, lo que se traduce por Veracidad, Vedad o simplemente no mentir.

Todo aquel que desee cuando menos emprender un camino de desarrollo espiritual, y no necesariamente por la senda del Yoga, ha de saber que en Dios existen dos energías principales, la Interna o Espiritual, y la Externa o Material.

De la espiritual nace la Luz, el Conocimiento, la Verdad, pues la Suprema Personalidad de Dios es Sat, existencia eterna; Chit, conocimiento y consciencia pura; y Ananda, Bienaventuranza. Por lo que es la única Realidad en términos absolutos. El término Sat implica que es la Causa de toda causa, por lo que no hay nada anterior o más grande que Él. Ello hace necesariamente que sea la Verdad Absoluta.

De la energía material emana la materia, las modalidades de la naturaleza material, Maya (la ilusión) y el Karma (la acción), todas ellas movidas por Kalas, el factor tiempo. En esa energía material queda atrapada el alma, que teniendo su origen en la Energía Superior, pertenece a la Energía Marginal de Dios, pues se encuentra a caballo entre la espiritual y la material. Así, en su estado condicionado por las modalidades de la naturaleza material que gobiernan la materia, pierde su estado originario de Consciencia, y con ella su posición originaria de Prema Bhakti.

Sin Consciencia pura, Conocimiento; todo lo que le envuelve es oscuridad, ignorancia. Así pues, la Jiva o Alma, siendo en su naturaleza pura plenamente consciente, en su estado condicionado permanece oculta en la oscuridad, creyendo como cierto el mundo que se le brinda ante los sentidos materiales del cuerpo que, existencia tras existencia, acepta para disfrutar del mundo material. Así, entiende como ciertos los principios materiales, que no son verdaderos. Pues la única realidad, y por lo tanto Verdad es que su estado originario es de Amor puro por Dios en su Servicio a Él.

Cuando se habla se Satya, en términos conclusivos, hablamos de la Verdad última, Dios, Krishna. Pero por extensión, todos aquellos que nos conduce a él, es Satya también, como forman parte de la carretera el asfaltado, las líneas que delimitan la calzada, las señales viales, etc.

Ahora bien, por nosotros mismos no podemos conocer el auténtico sentido de Satya. Como nadie puede conocer por si mismo lo que está bien cuando ha vivido inmerso en la perversión y el delito. En él se extenderá otro código de conducta, como es la fidelidad a sus líderes naturales, pero en un ambiente ya de por si corrupto y delictivo. Es necesario que alguien ajeno a nuestro modo de vida, de ver y entender nos explique que existe otra realidad más allá de lo que hasta ese momento hemos podido comprender. Alguien que no pertenezca a nuestro modo de vida, a nuestra sociedad o nuestra cultura. Que haya conocido el concepto de bien y mal y nos aporte luz sobre el mismo, es decir, que nos enseñe que es Verdad. Esa persona es el Gurú.

El camino de la Verdad es el Camino hacia Dios d la mano del Gurú auténtico, aquel que vive en consonancia con lo que enseña, y lo que enseña está en completa sintonía con los Textos Autoritativos de los Vedas o aquellos en consonancia con éstos. Así Sastra, Gurú y enseñanza han de ser un todo compacto y único, sin fisura, sin contradicciones. Simplemente porque es Verdad, y la Verdad no admite sombra.

Así y por extensión, el comportamiento de aquel que anda el camino espiritual, o al menos aspira a ello, se centra en la máxima de la veracidad en su vida, aunque le cueste la vida.

He habla de la Verdad con mayúsculas, pero de esa Verdad emanan el resto de verdades, como es no mentir o no falsear, pues quien miente o falsea lo hace sobre su ego falso, por lo tanto vive en el ego falso, aunque aparentemente parezca muy espiritual o vista como un gurú o un sadhu. No es más que alguien disfrazado de mentira.

El alma no requiere de más caretas que oculten lo que ya de por si envuelve y sumerge en la materia lo que es puro por naturaleza. Esto es Satya, Verdad.

Quien es espiritual dice siempre la verdad, pues en la verdad está la luz del espíritu que ilumina la senda que conduce a Dios.  

vancha-kalpa-tarubhyash ca
kripa-sindhubhya eva ca
patitanam pavanebhyo
vaisnavebhyo namo namah.

Muchas gracias.

Bendiciones.

Hare Krishna.
Sri Nityasevaka

jueves, 5 de julio de 2012

AJIMSA, LA NO VIOLENCIA.

A lo largo de la historia, grandes personalidades, como Mahatma Gandhi o Martin Luter King, han invocado este principio de “No Violencia”, incluido dentro del Asthanga Yoga.

Asthanga significa “ocho brazos”, que forman los principios a través de los cuales se alcanza el estado de Yoga, es decir, la restauración del estado originario de Consciencia de la Jiva (Alma) respecto de la Suprema Personalidad de Dios. Este estado originario de consciencia es nitya siddhi, es decir, eternamente liberada, o dicho de otra forma, no condicionada.

El estado condicionado del alma significa necesariamente que tiene que aceptar un nuevo cuerpo con cada nacimiento. Y que en cada existencia está condenada a pasar por las tres clases de penurias, es decir, vejez, enfermedad y muerte. Esto es debido a karma, esta palabra sánscrita significa acción. Es por ello que la acción, y aún la inacción, como Krishna le informa a Arjuna en el Bhagavad Gita, es causa de nacimiento, vejez, enfermedad y muerte. Bhagavad Gita 3.4:”Uno no puede liberarse de la reacción por el simple hecho de abstenerse de trabajar, ni puede uno lograr la perfección únicamente por medio de la renuncia”.

Para entender la violencia, hemos de comprender la acción. Acción implica trabajo en la búsqueda del fruto (acción fruitiva), y para ello se emplea violencia. El concepto de Ajimsa va más allá de la concepción de violencia que nosotros manejamos. Por violencia entendemos la agresión física, verbal o psíquica, pero violencia es también la contribución consciente o inconsciente con la violencia que otros ejercen. Hay violencia en la mente, cuando esta no se dirige inteligentemente al objeto de su existencia, como hay violencia en la pasividad en la defensa de lo justo. Cuando caminamos o simplemente respiramos, nos sentamos o nos tumbamos, ejercemos violencia, pues sin saberlo pisamos hormigas o matamos bacterias. Qué decir de la violencia en el consumo de carne, donde, no sólo somos nosotros responsables del consumo y de la crianza para su consumo, sino que asumimos parte de la responsabilidad del matarife y de toda la cadena comercial que gira en su entorno. Junto con la carne comemos nuestro pecado y el de otros, karma, nuestra acción junto con su acción.

Así, ¿quién puede llegar al octavo paso o brazo, samadhi (plena absorción)?. La respuesta es sencilla, nadie o muy pocos.

Dentro del conglomerado de corrientes espirituales, y más concretamente dentro el mundo del Yoga, existe una fascinación por alcanzar la asana perfecta (tercer brazo del Asthanga), controlar de manera perfecta la respiración (pranayama – cuarto brazo del Asthanga) o meditar (diana – séptimo brazo del Asthanga). Pero si reflexionamos un poco, vemos que la actitud es la de conseguir, es decir, karma, acción con expectativa, acción fruitiva. Se habla de conectarse con el Todo, de unirse cósmicamente, de buscar el maestro interior o el exterior, etc. Pero en todo ese proceso nos olvidamos de lo esencial, de Dios. De llamar a Dios por su nombre. Llegar a Dios no requiere de malabares circenses, ojos en blanco y buen rollo cósmico. La palabra Yoga significa unión, y también yugo, aquello que nos une al Objeto, a la Causa sin causa, a Dios. La unión es la restauración en el alma, dentro de su existencia condicionada, de la consciencia de Dios. Eso no lo podemos alcanzar nosotros por nosotros mismos, y menos en esa carrera de egos por ver quién adquiere capacidades yógicas, experiencia extrasensoriales o místicas. Todo eso es violencia, lo contrario de Ajimsa.

Uno vive en Ajimsa cuando es consciente de Dios, porque los efectos de las acciones son asumidas por Él. Y para uno ser consciente de Él, tan sólo tiene que entregarse a Él, ofrecerse sinceramente a Él, sin reparos. Krishna le dice a Arjuna en el Bhagavad Gita 2.47: “Tú tienes derecho a desempeñar tu deber prescrito, mas no a los frutos de la acción. Nunca consideres que eres la causa de los resultados de tus actividades…”.

Y en el Bhagavad Gita 3.19-21 le dice: “Se entiende que alguien tiene pleno conocimiento, cuando cada uno de sus esfuerzos está desprovisto del deseo de complacer los sentidos. Los sabios dicen que él es un trabajador cuyas reacciones del trabajo han sido quemadas por el fuego del conocimiento perfecto.

Abandonando todo apego a los resultados de sus actividades, siempre satisfecho e independiente, él no ejecuta ninguna acción fruitiva, aunque está dedicado a toda clase de actividades.

El hombre que posee una comprensión tal, actúa con la mente y la inteligencia perfectamente controladas, abandona todo sentido de propiedad de sus posesiones y actúa únicamente para satisfacer las necesidades básicas de la vida. Obrando así, no es afectado por reacciones pecaminosas”.

El Estado de Prema Bhakti (Amor Puro por Dios), el cuarto estado, aquel que supera incluso al estado de bondad (sattva), es alcanzado por la misericordia del Supremo cuando uno se constituye en su siervo más dispuesto. Es entonces cuando de forma automática queda cumplido el proceso completo expuesto en el Asthanga Yoga, proceso explicado por Krishna a Arjuna en el Bhagavad Gita en el Capítulo VI.

Con ello he intentado profundizar en un significado más profundo de la palabra Ajimsa. Ello no invalida otros procesos, pero quizá si explique más ampliamente la no violencia de esos otros procesos, ayudando a quienes los practiquen a saber que cuando se persigue el fruto de la acción, la acción es karma, lo que condena irremediablemente a un nuevo nacimiento, una nueva vejez, enfermedades y otra muerte, es decir, sufrimiento.


vancha-kalpa-tarubhyash ca
kripa-sindhubhya eva ca
patitanam pavanebhyo
vaisnavebhyo namo namah

Muchas gracias.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka.

lunes, 28 de mayo de 2012

CARTA: "EL SENTIDO DE LA LIBERTAD PERSONAL EN LA PRACTICA DEL YOGA"

Te agradezco tu email y agradezco el mensaje de su interior.

Creo que conocerse así mismo y la sinceridad es la base de toda integridad.

Uno no puede ser íntegro y ser fiel asi mismo en el camino del Yoga si no hace por conocerse, aceptar sus limitaciones y es sincero con eso.

Recuerdo que hace tiempo hablamos ya de la libertad. El Yoga es la máxima expresión de lo que significa la palabra libertad, pues la puesta en práctica de los principios védicos depende única y exclusivamente de lo que cada uno está dispuesto a alcanzar. Cada uno, sin imposición o perspectivas de otros. Aunque las propias expectativas, como comentas, pueden añadir presión y al final dar al traste con lo únicamente importante, Dios y el camino de conocimiento acerca de Él.

Cuando tú deseas sacar algo de ti, no actúas en libertad. Cuando alguien desea sacar algo de ti y te conduce hacia lo que tú en realidad no deseas, aunque te haga ver lo bueno que es, o lo importante que pueda ser o que tú puedas llegar a ser; no actúa dándote libertad. Dar libertad significa amar. La libertad es expresión del amor. Quien te ama te hace libre. Jesús nos hizo libres con su muerte y resurrección. Krishna nos hace libres de las ataduras de la naturaleza material a través del Bhagavad Gita y el conocimiento acerca de cómo podemos quedar completamente absortos en Él.

El Conocimiento Védico y el Yoga, como puesta en práctica de ese conocimiento es eso, práctica, práctica y más práctica. Existen aparentes eruditos de las escrituras védicas. Sesudos que no tienen más que aire debajo del pelo o de su apariencia de gurú. El aire es sólo aire mientras no se rellene con algo. El Conocimiento Védico no es más que conocimiento, mientras no se rellene con las acciones que se derivan de ese conocimiento. Si no hay acción, sólo es aire, va de aquí para allá, pero en definitiva es aire. ¿Quién puede sujetar el aire?. Este no permanece. Al igual que esos gurús y sus obras. Son tan etéreas como los fuegos artificiales que anuncian el final de las fiestas de un pueblo. ¿Quién se acuerda de los efectos de los fuegos artificiales año tras año?.

Sólo existe una realidad, la Suprema Personalidad de Dios. Dios es Amor y por el Amor somos libres. El Yoga, el Veda, como la Gran Ciencia de Dios, así como los Evangelios o la Biblia, es el mayor acto de amor. Dejar por escrito aquello que debe ser recordado, para que no nos desviemos. Para que encontremos la senda de regreso al hogar, a Krishna, a Dios.

En esa senda encontraremos a muchos que pretenderán guiarnos, que se erigirán como supuestos gurús, pero Jesús lo dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. Quien desee ser un maestro será quien deba servir. El sirviente que conoce el secreto del servicio no desea ser señor. Y quien es señor y se cree señor, no estará dispuesto a servir, sino que querrá ser servido. Así irá haciendo uso de las personas, una tras otra, sin importarle más que su posición o su obra. Esto, simplemente no es de Dios. Y en ello no se encuentra la libertad, por lo que tampoco el Amor.

Hay que ser crítico y observar los frutos. Pues, como te dije, el Yoga es práctica. Y si las acciones no son corroboradas o sustentadas en el Veda, uno no puede llamarse Yogui, Vedanta, Cristiano o tan siquiera persona. No somos muy diferentes de los perros o de los gatos, o de los cerdos que se recrean en sus acciones, su orín y las heces sobre las que descansan y se bañan.

Hay veces que hay que llamar a las cosas por su nombre, aunque sea duro.

Es importante reconocer y reconocerse. Quien soy realmente y quienes nos rodean.

Doy gracias a mi Señor por el sufrimiento de estos últimos meses, pues Él me ha hecho libre por ese sufrimiento y me ha permitido poder conocerlo mejor y de forma más sincera. Sin tapujos ni etiquetas. Tal cual es. Así como conocer la esencia de mi corazón, que le pertenece por entero.

Cuando te dije que estoy a tu servicio, mis palabras no son huecas, son sinceras. No busco nada de nadie. No deseo cuantificar el número de personas que me escuchan. Sólo busco servir. Ser un eterno servidor de aquellos que desean servir a Dios. Por lo que, tal como ya te escribí y en respuesta a tu pregunta acerca de si quiero seguir enseñándote, la respuesta es sí. Tú dices de mi, que soy un maestro. No soy maestro de nada, yo no enseño nada. Sólo comparto mi propia experiencia. El conocimiento no es mío, sino que proviene de los Vedas, que son propiedad del Supremo, de Krishna. Son Él mismo hecho sonido trascendente, Krishna-Kata.

Como no podría ser de otra manera el ritmo lo pones tú, así como el tema que deseas tratar. Quedo pues a tu disposición a fin de que plantees tú el momento en que deseas tener ese encuentro.

Tan sólo te recomiendo una cosa. No tengas miedo a los cambios que Él hace en ti. Pues el miedo es símbolo de la falta de amor, y por el miedo quedamos esclavizados en la materia.

“Vañcha-kalpatarubhyas ca krpa-sindhubhya eva ca patitanam pavanebhyo vaisnavebhyo namo namah

Muchas gracias.
Bendiciones.
Hare Krishna.
 
Sri Nityasevaka

viernes, 25 de mayo de 2012

LOS CUATRO ESTADOS DEL HOMBRE

De acuerdo con el Padma Purana hay un total de 8.400.000 especies de vida. Cada una de ellas presenta unos rasgos propios y unas capacidades al sólo objeto de la evolución espiritual.

El ser humano es la primera especie de vida con capacidad para ser autoconsciente, es decir, darse cuenta que él no es su cuerpo, su  mente, su inteligencia o sus capacidades. La mayoría de las personas sufren por un motivo fundamental, porque dicen: "Yo soy mi cuerpo, yo soy mis pensamientos, yo soy mis posesiones, este es mi país, mi tierra". Como creemos que somos esto o lo otro, cuando vemos a alguien que muere o que se encuentra gravemente enfermo pensamos: "Pobrecillo, con todo lo que ha trabajado y se ha sacrificado en su vida, lo trabajador que es y lo quu ha luchado por su familia. Mira, ahora un cáncer lo está matando". Es entonces cuando pensamos en el objeto de nuestra existencia, en sentido de la misma, en el porque hemos nacido y porque hemos de morir.

Aquel que está aferrado a sus posesiones, al ver como estas se deterioran, se gasta dinero en su conservación y su mantenimiento. Pero luego un huracán se lo lleva todo. Aquel que cuida su cuerpo y va al gimnasio o luce sus ejecitados músculos, no piensa que la fuerza de la garvedad hará que esos músculos se muestren más tarde en forma de pellejo a la edad de 70 u 80 años. Hay quien van de fin de semana en fin de semana buscando librarse de los quehaceres semanales. Así los de ciudad se van al campo y los del campo quieren ir al teatro a la ciudad.

Una vez Woody Allen dijo: "Soy un eterno insatisfecho, porque cuando estoy en Nueva York quiero estar en Paris, y cuando estoy en París deseo estar en Nueva York".

La gratificación de los sentidos es como quien da pan al que tiene sed. Nunca queda satisfecho. Porque la inclinación natural de los sentidos es tender a los objetos de los sentidos para mitigar la necesidad de disfrutar. Así, cuando tenemos hambre y miramos el escaparate de una pastelería se nos hace la boca agua, y cuando tenemos sed bebemos agua. Pero por más pasteles que comamos o agua que bebamos nuestros sentidos nos volverán a indicar que existe el hambre y la sed. Entonces, ¿por qué comer?.

Aquel que se dedica a la búsqueda de la complacencia de los sentidos no es muy diferente al cerdo que se revuelca en los escrementos y el orín en la porqueriza. Igual que el cerdo no es consciente que se revuelca sobre sus propias eces y que eso no le conduce a ningún lado, y que únicamente será el matarife quien lo saque de ese estado. El hombre que busca su compacencia sensual y no es consciente de que eso no le conduce a ningún lugar, simplemente luego llega el matarife en forma de tiempo y acaba con su vida, como con el gorrino.

A este tipo se corresponde el Primer Estado del Hombre, aquellos que no son conscientes de que su vida se evapora en mitad de la insacible búsqueda de la felicidad en la complacencia de los sentidos. Esta persona está dominada por Tamas (Ignorancia). Desconoce completamente el objeto de sus existencia, y finalmente se entrega a la muerte como el cerdo al materife, chillando y pataleando porque no quería morir.
Existe otro tipo de personas que se preguntan: "¿Quién soy, por qué tanto sufrimiento, qué debo hacer para dejar de sufrir, etc ...?". Sólo alguien que sufre y que ve sufrimiento a su alrededor es capaz de hacerse estas preguntas.

Por ello cabe decir, aunque a alguien le pueda sorprender, que el sufrimiento es necesario. El sufrimiento es en realidad una Misecordia de Dios para que comencemos a despertar. Al igual que nos duele despertarnos para ir a trabajar cada mañana cuando suena el despertador. El dolor es el despertador de nuestra consciencia aletargada y dormida en el sueño de la ilusión.

El dolor es el detonande de la acción, la acción en pos de la búsqueda para dejar de sufrir. Como quien se está ahogando y lucha por salir del remolino que lo succiona hacia el fondo del río. Lucha por dejar de sufrir. Esta lucha se centra en buscar la mano que le saque del pozo en el que se encuentra. Se ha dado cuenta o ha intuido que no saciará su sed de felicidad, sino que comienza a mirar más arriba de este mundo material, a la trascendencia. Hacia una mano que le saque, ya que él por sí mismo no puede salir.
Comienza a indagar sobre la existencia de Dios, comienza a buscarlo con ansia que sea Él el refugio a su sufrimiento. O incluso han encontrado a Dios, pero lo usan para sus fines particulares, para pedirle salud, dinero y amor. Se comportan como hijos, que tratan a los padres como el ternero a la vaca, para extraer la leche del pezón. No dan nada, sólo piden y se llaman así mismos Hijos de Dios.

Estas personas componen el Segundo Estado del Hombre. Su consciencian está dormida, pero en un sueño menos profundo. Se encuentrran dominadas por Rajas (Pasión).

En el Tercer Estado del Hombre se encuentran los trascendentalistas, aquellos que han visto la realidad, es decir, aquellos que han corrido el velo de la ilusión material y buscan la perfección espiritual. En esa perfección espiritual desean ardientemente la liberación del mundo material, la Mukti. El abandono de las cadenas que los atan a este mundo. Buscan la perfección, las perfecciones del Yoga y los poderes místicos del Yoga. Buscan la unión con Dios, la fusión con el Brahmán, ser uno con la Fuente Originaria, la Suprema Personalidad de Dios.

Están condicionados en sus pretensiones por la modalidad de la bondad, por Sattva.

No obstante, las modalidades de la naturaleza material: Tamas (Ignorancia), Rayas (Pasión) y Sattva (Bondad), son eso, modalidades de la energía material de Dios, su ener´ía exterior, por lo que actúan en la ilusión, en el Maya. Incluso el sattvico deseo de perder la identidad individual como alma y unirse al Divino es un deseo condicionado. Podrán, mediante sus procesos regulatorios ascender y finalmente unirse al Brahmajyoti, a la Refulgencia del Señor Supremo, al Brahmán impersonal. Pero ese Brahmajyoti es como una tela de araña, donde las moscas que quedan atrapadas, si la araña no las inyecta su veneno y las envuelve, terminan por caer fruto del propio movimiento y de la inercia. Esa inercia y ese movimiento es el propio de la Jiva, el disfrute. Así, agotados los méritos se vuelven a precipitar nuevamente al mundo material. Aquello que se creía era definitivo, es realmente temporal, porque simplemente no es perfecto en si, es un proceso incompleto.
Quien realmente aspira a no regresar a este mundo material ha de situarse en el Cuarto Estado del Hombre. A este estado se le denomina Prema Bhakti o estado de Amor Puro por Dios, o dicho de otro modo Bhakti Yoga, Servicio Devocional Puro. En este estado el único anhelo es el de servir a Dios, sea cual fuere la condición de vida en la que haya que hacerlo. ¿Cual es la actitud de alguien que se encuentra en Prema Bhakti?. Bhaktivinoda Thakur lo sintetiza en la siguiente oración: "Mi mente, mi cuerpo, mi casa, cualquier cosa que posea lo rindo a tus pies de loto, ¡oh mi querido Señor, hijo de Nanda Maharashi!. En la felicidad o en la miseria, en la vida o en la muerte no existe otro deber más que tomar abrigo a tus Pies de Loto. Si quieres puedes matarme o si quieres puedes protegerme. Puedes hacer lo que quieras conmigo, yo soy tu sirviente eterno y tienes derecho a hacer conmigo lo que quieras.
Si tengo que nacer de nuevo, deja que nazca en la casa de un devoto. Deja, por favor, que yo tenga ese nacimiento. Prefiero una vida de gusano, viviendo como tu devoto; que una vida larga como la de Brahma, sin ser devoto. Ese tipo de vida no aceptaré.
Todo lo que ansío es la compañía de aquel que no tiene deseo de disfrutar o de liberarse. Padres, madres, hijos e hijas, todo lo que pueda existir. Gurú, preceptor o esposo. Tú eres todo para mi. Tú eres lo más querido de mi vida".

La relación con el Señor de quien se encuentra en este Cuarto Estado es como la de una madre para con sus hijos. Así como una madre da la vida por su recién nacido, pues su amor por él es incondicional; así el enemorado por Dios hace lo mismo que la madre. No pide, sólo ofrece. Entiende que pedir es una ofensa, una osadía, pues su Señor, Krishna, conoce ya las necesidades. Él es Ishvara, el Supremo Controlador, por lo que todo está bajo su manto, su control. "Todo es el manto de Brahma", como dicen los Upanishads.
Dijo el Señor Jesús: "No temáis por vuestra vida, o pensando en lo que vais a comer o con lo que vais a vestir. ¿No vale más la vida que la comida, y el cuerpo que el vestido?. Los pájaros del cielo no siembran, ni acumulan consecha. Sin embargo mi Padre que está en los cielos los alimenta ..." (Mt. 6.25-26).

Quien ha renunciado a la vida, a todo deseo y a toda aflicción fruto del deseo es un sannyas, alguien que ha adoptado la orden de vida de renuncia. Que no es más que un pajarillo de los que menciona el evangelio de Mateo.
Sólo quienes se vuelven como un niño, o dicho de otro modo: "Sólo aquel que puede aprender juntos el proceso de la ignorancia y el proceso del conocimiento trascendental. Puede trascender la influencia del nacimiento y muerte repetidos y disfrutar de las bendiciones de la inmortalidad" (Sri Isopanishad, mantra 11).

Prema Bhakti significa tener una relación amorosa con Dios. Y así como los enamorados piensan continuamente el uno en el otro, se llaman por teléfono, se escriben cartas de amor y poemas. El Prema Bhakta mantiene su mente sumida en los Pies de Loto del Señor Supremo. “Mat-manah”, “tan sólo piensa en Mí”, le dice Krishna a Arjuna. “Abandona toda religión y tan sólo entrégate a Mí”.

Este es el sentido de la existencia de los 8.4000.000 especies de vida contabilizadas en el Padma Purana.
vancha-kalpa-tarubhyash ca
kripa-sindhubhya eva ca
patitanam pavanebhyo
vaisnavebhyo namo namah
Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare
Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare
Acepta mis más humildes reverencias.

Bendiciones.

Nityasevaka.