jueves, 22 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ NUESTRAS FIESTAS LAS PAGAN ELLOS?

Hace unos días salía en televisión una noticia que hablaba sobre la enorme demanda que había en España de capones y pavos para la cena de Nochebuena, es decir, del 24 de Diciembre. En dicha noticia aparecía el propietario de una granja apícola, diciendo que se encontraban desbordados y que este año se sacrificaban aproximadamente 1500 capones diarios para que pudiesen ser distribuidos a cualquier parte de España y estuvieran listos en nuestras mesas el 24 por la noche.

Como es normal, eso mismo ocurre con los cochinillos, terneras y pescado … Todo el mundo quiere una cena y comida especiales en estos días, en los que en el mundo cristiano se celebra el nacimiento de Cristo, pero no reparamos en que  la celebración de este nacimiento supone la muerte de miles, millones de seres, cuyo único crimen ha sido nacer en una especie que nosotros entendemos inferior, y que nos sirve para llenar la despensa. Nadie se come a su padre, a su madre o hermanos,  porque son iguales a nosotros, sienten, padecen y tienen sentimientos; pero sí a quienes, según nuestro criterio, al no ser inteligentes no tienen derecho a su existencia.

Nos horrorizamos del holocausto nazi y de la falta de misericordia y empatía de los captores respecto de las víctimas, pero, ¿qué compasión tiene el hombre con el holocausto anual que vivimos en las granjas y piscifactorías?, ¿cuántas risas despierta ver como un cerdo intenta escaparte y corretea de un lado para otro evitando  al matarife en las matanzas de los pueblos en España?, ¿cómo podemos pensar que ese pobre animal no sufre e intuye su final, mientras se prepara el fuego para quemar su piel, una vez desangrado para que los futuros jamones puedan curarse de forma adecuada?.

La celebración del nacimiento de Cristo, lo pagan las criaturas de Dios, ¿qué gran contradicción?.

La leche materna nos garantiza la existencia en la infancia, y luego es sustituida por la de la vaca. Si no matamos a nuestra madre una vez que deja de dar leche, ¿por qué matamos a quien nos alimenta después, nuestra otra madre?

La vaca en los Vedas simboliza la tierra y a la madre, y el toro los principios espirituales que inspiran la vida en la tierra. Cuando no hay principios éticos, morales y espirituales la vida en la tierra se deteriora y se vuelve insostenible. Al igual que aniquilamos a las vacas, hacemos lo propio con la tierra y sus recursos. ¿Cuántas veces más será necesario que nazca Jesús para que abandonemos esta actitud?.
Nos sentamos a la mesa sin pensar en lo que ha hecho falta que otros hagan, y nosotros cooperemos con nuestras compras para llenarnos la barriga.

Ser consciente de la Natividad de Jesús, es ser consciente también de la vida. Ser consciente de la vida evita que cuanto llegue Diciembre, vacas, terneros, cerdos, aves y peces tiemblen por si el alimento que tan generosamente les han suministrado en los últimos meses no sea en realidad su sentencia de muerte.

Feliz Navidad.

Bendiciones.

Sri Nityasevaka