martes, 2 de octubre de 2012

ASTEYA, NO ROBAR.

Dentro de los ocho aspectos del Yoga tradicional o Asthanga Yoga, nos encontramos desarrollando el primero de ellos, referente a los Yamas, o aquello que está prohibido.

Las prohibiciones no deben enfocarse desde la dimensión de la restricción que uno ha de practicas o Tapas (Austeridad), sino que son más bien principios ético y morales preexistentes a la propia condición humana. Es lógico pensar que antes de fabricar una maquina, es necesario que el ingeniero tenga en consideración las piezas y los principios físicos que hagan que la misma realice su función. Por lo que primero hay que definir las funciones, preexistentes a la maquinaria, y acomodar los principios de la Física a fin de esas funciones puedan ser desarrolladas por cada una de las partes que integran la maquina en cuestión. Así, los Yamas serías esos principios para el correcto funcionamiento de las funciones.

El concepto de NO ROBAR, es muy antiguo, quizá pudiera entenderse que la primera vez que se pudo por escrito fueran en las tablas de la Ley de Moisés, pero hablamos de un principio preexistente que abarca aspectos mucho más amplios que el simple hecho de arrebatar a otro lo que no nos pertenece.

Si bien la palabra Yoga puede traducirse por Unión, realmente la palabra Yoga define el proceso íntimo de conocimiento de Dios y que concluye con el estado de Amor Puro por Él, denominado Prema Bhakti. Amor Puro significa servicio, pues quien ama de verdad sirve al objeto amado, por la tapa de perfeccionamiento último del Yoga es denominada Bhakti Yoga o Servicio Devocional Puro.

Es muy significativa, pues, la relación existente entre la perfección del Yoga y el concepto de Asteya. Si nos imaginamos un lord inglés junto con su mayordomo, en numerosas películas vemos la figura del mayordomo como alguien completamente fiel a su amo e íntegro en sus actos. Es decir, su vida es el Señor, y él simplemente sirve a eses señor. No desea ocupar la posición del Señor, sino que simplemente está a su servicio. Este sería un ejemplo de Asteya.

Asteya podemos traducirlo como 'A': No; 'STEYA': Robar. Pero más allá de la terminología semántica, subyace el significado básico de la Honestidad, la Integridad ética y Moral, así como la carencia de codicia.
Para no robar es necesario:
1.      Poseer unos valores lo suficientemente sólidos de Honestidad e Integridad moral y Ética, como para no tomar, para beneficio propio, bienes materiales, intelectuales o espirituales de otro, y hacerlos de uno. Aquí, el abanico que se abre es muy grande, pues ya no nos referimos únicamente a recoger del suelo 20 euros que a alguien se le ha caído y hacerlos nuestros; sino que también incluimos el hecho de que hay muchas personas que, por ejemplo, estudia una filosofía concreta, o unas técnicas concretas, propiedad de la humanidad, como son los Vedas, y todas aquellas ramificaciones derivadas de los mismos, como bien puede ser el Hatta-Yoga, y se gana la vida con ello. Ello, éticamente es reprobable, dado que ese conocimiento no ha sido inventado por él, sino que hacer más de 5000 años fue compilado en textos como los Upanishads, como conjunto de enseñanzas trasmitida de maestro a discípulo, a fin de que dicho conocimiento no se perdiese. Pero en ninguna de esas enseñanzas upanichática el gurú dice a los discípulos, ved y ganar dinero con esto. Sino que, por el contrario dice, ved y enseñar esto.
2.      A colación con el caso anterior, a quienes nos se ganan la vida económicamente con ello, pero si que persiguen reconocimiento a su causa, situándose en una posición que no le corresponde. Así hay supuestos gurús autoproclamados, quienes hacen su propio potaje de enseñanzas, amoldándolas a sus necesidades, y situándose en el lugar que le corresponde a Dios. Es decir, el roban al mismo Dios las enseñanzas, toman otras creadas por los hombre, y se erigen como objeto de adoración y objeto de reconocimiento a sus mesiánicas misiones de salvar al mundo, o aportar luz con sus productos manufacturados. Tanto en el primero de los casos, como en este segundo, el Sastra, el Veda, dice de ellos que son "LADRONES Y SINVERGÜENZAS", y quienes segundan, animan o apoyan a estos ídolos de barro y temporales, son cooperadores necesarios.
3.      En tercer lugar, el significado de Asteya, nos conduce a la Ausencia de Codicia. Quien no desea tener para sí, nunca puede ser codicioso, y quien desconoce la codicia jamás puede llegar a apropiarse de lo que no le corresponde. Lo cual también está relacionado con el desapego. Mientras permanezcamos con los sentidos fuera de los objetos de los sentidos, nos mantendremos desapegados, y mientras esto subsista, nuestra mente no codiciará, pues se encontrará en paz, por lo que no sufriremos.
4.      Asteya significa el justo equilibrio en el trabajo y la obtención de los rendimientos del mismo. Es decir, velar por la sociedad equilibrada e igualitaria en el justo equilibrio en el reparto de los recursos y el trabajo. Actualmente nuestra sociedad no es igualitaria, por eso el rico tiene mucho y no comparte, mientras que el pobre se muere en la calle. Eso es debido fundamentalmente a que nos servimos a nosotros mismos y hemos dejado de mirar hacia las necesidades de la sociedad, por lo que, arrebatando cuotas de otros, me hago más rico yo, sin pensar en que, cuanto más tenga yo, menos tendrá otro. Los recursos, tanto de materias primas, como económicos y financieros son limitados. Al vivir en una sociedad en crisis de valores humanitarios, éticos y morales, se hace más evidente la limitación de dichos recursos, y el aprovisionamiento de los mismos por parte de un sector mínimo de la población. Así, las 225 riquezas más grande del mundo equivale a la renta nacional del 47% de países más podres de de la población mundial, es decir, 2500 millones de personas.
El claro discernimiento de nuestra identidad es el mejor antídoto contra la falta de Honestidad y Honradez. Conociendo nuestra auténtica naturaleza espiritual, y desechando el disfrute temporal de la posesión inútil, dominada por STEYA, lograremos entender los aspectos que nos conduzcan a una mayor libertad, a la falta de deseo y codicia, eliminando la frustración y con ello la ira de nuestras vidas. Así, lograremos ser felices y hacer felices a otros.

Mis mejores deseos en la práctica de ASTEYA.

Nityasevaka.