viernes, 25 de mayo de 2012

LOS CUATRO ESTADOS DEL HOMBRE

De acuerdo con el Padma Purana hay un total de 8.400.000 especies de vida. Cada una de ellas presenta unos rasgos propios y unas capacidades al sólo objeto de la evolución espiritual.

El ser humano es la primera especie de vida con capacidad para ser autoconsciente, es decir, darse cuenta que él no es su cuerpo, su  mente, su inteligencia o sus capacidades. La mayoría de las personas sufren por un motivo fundamental, porque dicen: "Yo soy mi cuerpo, yo soy mis pensamientos, yo soy mis posesiones, este es mi país, mi tierra". Como creemos que somos esto o lo otro, cuando vemos a alguien que muere o que se encuentra gravemente enfermo pensamos: "Pobrecillo, con todo lo que ha trabajado y se ha sacrificado en su vida, lo trabajador que es y lo quu ha luchado por su familia. Mira, ahora un cáncer lo está matando". Es entonces cuando pensamos en el objeto de nuestra existencia, en sentido de la misma, en el porque hemos nacido y porque hemos de morir.

Aquel que está aferrado a sus posesiones, al ver como estas se deterioran, se gasta dinero en su conservación y su mantenimiento. Pero luego un huracán se lo lleva todo. Aquel que cuida su cuerpo y va al gimnasio o luce sus ejecitados músculos, no piensa que la fuerza de la garvedad hará que esos músculos se muestren más tarde en forma de pellejo a la edad de 70 u 80 años. Hay quien van de fin de semana en fin de semana buscando librarse de los quehaceres semanales. Así los de ciudad se van al campo y los del campo quieren ir al teatro a la ciudad.

Una vez Woody Allen dijo: "Soy un eterno insatisfecho, porque cuando estoy en Nueva York quiero estar en Paris, y cuando estoy en París deseo estar en Nueva York".

La gratificación de los sentidos es como quien da pan al que tiene sed. Nunca queda satisfecho. Porque la inclinación natural de los sentidos es tender a los objetos de los sentidos para mitigar la necesidad de disfrutar. Así, cuando tenemos hambre y miramos el escaparate de una pastelería se nos hace la boca agua, y cuando tenemos sed bebemos agua. Pero por más pasteles que comamos o agua que bebamos nuestros sentidos nos volverán a indicar que existe el hambre y la sed. Entonces, ¿por qué comer?.

Aquel que se dedica a la búsqueda de la complacencia de los sentidos no es muy diferente al cerdo que se revuelca en los escrementos y el orín en la porqueriza. Igual que el cerdo no es consciente que se revuelca sobre sus propias eces y que eso no le conduce a ningún lado, y que únicamente será el matarife quien lo saque de ese estado. El hombre que busca su compacencia sensual y no es consciente de que eso no le conduce a ningún lugar, simplemente luego llega el matarife en forma de tiempo y acaba con su vida, como con el gorrino.

A este tipo se corresponde el Primer Estado del Hombre, aquellos que no son conscientes de que su vida se evapora en mitad de la insacible búsqueda de la felicidad en la complacencia de los sentidos. Esta persona está dominada por Tamas (Ignorancia). Desconoce completamente el objeto de sus existencia, y finalmente se entrega a la muerte como el cerdo al materife, chillando y pataleando porque no quería morir.
Existe otro tipo de personas que se preguntan: "¿Quién soy, por qué tanto sufrimiento, qué debo hacer para dejar de sufrir, etc ...?". Sólo alguien que sufre y que ve sufrimiento a su alrededor es capaz de hacerse estas preguntas.

Por ello cabe decir, aunque a alguien le pueda sorprender, que el sufrimiento es necesario. El sufrimiento es en realidad una Misecordia de Dios para que comencemos a despertar. Al igual que nos duele despertarnos para ir a trabajar cada mañana cuando suena el despertador. El dolor es el despertador de nuestra consciencia aletargada y dormida en el sueño de la ilusión.

El dolor es el detonande de la acción, la acción en pos de la búsqueda para dejar de sufrir. Como quien se está ahogando y lucha por salir del remolino que lo succiona hacia el fondo del río. Lucha por dejar de sufrir. Esta lucha se centra en buscar la mano que le saque del pozo en el que se encuentra. Se ha dado cuenta o ha intuido que no saciará su sed de felicidad, sino que comienza a mirar más arriba de este mundo material, a la trascendencia. Hacia una mano que le saque, ya que él por sí mismo no puede salir.
Comienza a indagar sobre la existencia de Dios, comienza a buscarlo con ansia que sea Él el refugio a su sufrimiento. O incluso han encontrado a Dios, pero lo usan para sus fines particulares, para pedirle salud, dinero y amor. Se comportan como hijos, que tratan a los padres como el ternero a la vaca, para extraer la leche del pezón. No dan nada, sólo piden y se llaman así mismos Hijos de Dios.

Estas personas componen el Segundo Estado del Hombre. Su consciencian está dormida, pero en un sueño menos profundo. Se encuentrran dominadas por Rajas (Pasión).

En el Tercer Estado del Hombre se encuentran los trascendentalistas, aquellos que han visto la realidad, es decir, aquellos que han corrido el velo de la ilusión material y buscan la perfección espiritual. En esa perfección espiritual desean ardientemente la liberación del mundo material, la Mukti. El abandono de las cadenas que los atan a este mundo. Buscan la perfección, las perfecciones del Yoga y los poderes místicos del Yoga. Buscan la unión con Dios, la fusión con el Brahmán, ser uno con la Fuente Originaria, la Suprema Personalidad de Dios.

Están condicionados en sus pretensiones por la modalidad de la bondad, por Sattva.

No obstante, las modalidades de la naturaleza material: Tamas (Ignorancia), Rayas (Pasión) y Sattva (Bondad), son eso, modalidades de la energía material de Dios, su ener´ía exterior, por lo que actúan en la ilusión, en el Maya. Incluso el sattvico deseo de perder la identidad individual como alma y unirse al Divino es un deseo condicionado. Podrán, mediante sus procesos regulatorios ascender y finalmente unirse al Brahmajyoti, a la Refulgencia del Señor Supremo, al Brahmán impersonal. Pero ese Brahmajyoti es como una tela de araña, donde las moscas que quedan atrapadas, si la araña no las inyecta su veneno y las envuelve, terminan por caer fruto del propio movimiento y de la inercia. Esa inercia y ese movimiento es el propio de la Jiva, el disfrute. Así, agotados los méritos se vuelven a precipitar nuevamente al mundo material. Aquello que se creía era definitivo, es realmente temporal, porque simplemente no es perfecto en si, es un proceso incompleto.
Quien realmente aspira a no regresar a este mundo material ha de situarse en el Cuarto Estado del Hombre. A este estado se le denomina Prema Bhakti o estado de Amor Puro por Dios, o dicho de otro modo Bhakti Yoga, Servicio Devocional Puro. En este estado el único anhelo es el de servir a Dios, sea cual fuere la condición de vida en la que haya que hacerlo. ¿Cual es la actitud de alguien que se encuentra en Prema Bhakti?. Bhaktivinoda Thakur lo sintetiza en la siguiente oración: "Mi mente, mi cuerpo, mi casa, cualquier cosa que posea lo rindo a tus pies de loto, ¡oh mi querido Señor, hijo de Nanda Maharashi!. En la felicidad o en la miseria, en la vida o en la muerte no existe otro deber más que tomar abrigo a tus Pies de Loto. Si quieres puedes matarme o si quieres puedes protegerme. Puedes hacer lo que quieras conmigo, yo soy tu sirviente eterno y tienes derecho a hacer conmigo lo que quieras.
Si tengo que nacer de nuevo, deja que nazca en la casa de un devoto. Deja, por favor, que yo tenga ese nacimiento. Prefiero una vida de gusano, viviendo como tu devoto; que una vida larga como la de Brahma, sin ser devoto. Ese tipo de vida no aceptaré.
Todo lo que ansío es la compañía de aquel que no tiene deseo de disfrutar o de liberarse. Padres, madres, hijos e hijas, todo lo que pueda existir. Gurú, preceptor o esposo. Tú eres todo para mi. Tú eres lo más querido de mi vida".

La relación con el Señor de quien se encuentra en este Cuarto Estado es como la de una madre para con sus hijos. Así como una madre da la vida por su recién nacido, pues su amor por él es incondicional; así el enemorado por Dios hace lo mismo que la madre. No pide, sólo ofrece. Entiende que pedir es una ofensa, una osadía, pues su Señor, Krishna, conoce ya las necesidades. Él es Ishvara, el Supremo Controlador, por lo que todo está bajo su manto, su control. "Todo es el manto de Brahma", como dicen los Upanishads.
Dijo el Señor Jesús: "No temáis por vuestra vida, o pensando en lo que vais a comer o con lo que vais a vestir. ¿No vale más la vida que la comida, y el cuerpo que el vestido?. Los pájaros del cielo no siembran, ni acumulan consecha. Sin embargo mi Padre que está en los cielos los alimenta ..." (Mt. 6.25-26).

Quien ha renunciado a la vida, a todo deseo y a toda aflicción fruto del deseo es un sannyas, alguien que ha adoptado la orden de vida de renuncia. Que no es más que un pajarillo de los que menciona el evangelio de Mateo.
Sólo quienes se vuelven como un niño, o dicho de otro modo: "Sólo aquel que puede aprender juntos el proceso de la ignorancia y el proceso del conocimiento trascendental. Puede trascender la influencia del nacimiento y muerte repetidos y disfrutar de las bendiciones de la inmortalidad" (Sri Isopanishad, mantra 11).

Prema Bhakti significa tener una relación amorosa con Dios. Y así como los enamorados piensan continuamente el uno en el otro, se llaman por teléfono, se escriben cartas de amor y poemas. El Prema Bhakta mantiene su mente sumida en los Pies de Loto del Señor Supremo. “Mat-manah”, “tan sólo piensa en Mí”, le dice Krishna a Arjuna. “Abandona toda religión y tan sólo entrégate a Mí”.

Este es el sentido de la existencia de los 8.4000.000 especies de vida contabilizadas en el Padma Purana.
vancha-kalpa-tarubhyash ca
kripa-sindhubhya eva ca
patitanam pavanebhyo
vaisnavebhyo namo namah
Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare
Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare
Acepta mis más humildes reverencias.

Bendiciones.

Nityasevaka.

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