jueves, 8 de marzo de 2012

EL YOGA INTEGRAL, UN CAMINO PARA LA REALIZACIÓN PERSONAL Y DE LA SOCIEDAD.

El concepto de Purna Yoga (Yoga Integral), abarca todos y cada uno de los aspectos del Yoga, no sólo en su dimensión humana, sino en su dimensión espiritual.
El conocimiento de las cualidades de la materia, de la esencia misma de ésta, y cómo afecta a la evolución del Ser, el alma encarnada en la materia, es fundamental, no sólo para alcanzar las más altas cotas de la trascendencia espiritual, sino para el desarrollo más básico del ser humano.
Del exhaustivo conocimiento de la dualidad, materia y espíritu (Prakriti y Purusha), que nos aporta la filosofía védica del Samkhya, partimos hacia la acción conjunta a lo largo de tres bloques o divisiones de acción, para así alcanzar el concepto del yogui integral.
Como una silla de cuatro patas no se sostiene si alguna de ellas le falta, el Purna Yoga se sostiene sobre las patas de la Acción correcta (Karma-yoga), el Conocimiento Trascendental (Jñana-yoga)  y el sentido devocional o servicio devocional puro, que conduce al estado originario de consciencia de Dios (Bhakti-yoga). No obstante, y muy lejos de lo que algunos creen, estas tres patas que conforman el sustento del Purna Yoga, no son compartimentos estancos, sino que interactúan entre ellas, pues la realización de uno, favorece y potencia la de los demás, siendo el verdadero sustento el último, el Bhakti-yoga.
La palabra Yoga significa unión, y tiene la misma raíz que yugo, es decir, lo que formando una yunta une a los bueyes. El veda dice de sí mismo, que guía a las entidades vivientes al conocimiento y encuentro como el Divino, como la cuerda que se encuentra atada a la nariz del buey y de la que tira el arriero para conducirlo a su establo. El gusto por ese camino únicamente se encuentra con el servicio al mismo, con la entrega y apertura al mismo, como bien enseñaba el maestro Sri Aurobindo. Esto sólo es posible a través del Bhakti-yoga, no ya como disciplina propia de la sadhana, o práctica ritualista entre la que encontramos la meditación, la entonación de mantras y Kirtans o la ejecución de Japa, sino el estado propicio que nos permita la acción correcta (karma-yoga) y el conocimiento (no intelectual) de lo trascendente, aunque si bien es cierto que, en las primeras etapas, el Sadhaka (practicante de la sadhana), necesita de su intelecto y su mente a fin de poder comprender los principios fundamentales del Yoga, como el lector usa la interpretación sintáctica y semántica de su propio idioma para conseguir entender lo que ahora me encuentro exponiendo.
Pero muy al contrario de lo que muchos piensan, creen y buscan, este camino del Yoga no es un camino de alienación social o de huída de los problemas personales o de la sociedad, todo lo contrario, mediante el cambio personal e interno, se puede y debe ayudar al cambio de consciencia universal. Pues donde existe la consciencia individual, existe otra más amplia y vasta, universal y cósmica, que hay que ayudar a elevar, y de la que participa nuestra sociedad.
La búsqueda de la Mukti, o liberación espiritual, no puede entenderse como un acto meramente egoísta, sino como el inicio de algo más integral y ecuménico, pues en caso contario el supuesto mukta se vería parcialmente mutilado por su aspiración limitada. El concepto Yoga, no se circunscribe meramente a la esfera del cuerpo físico individual, sino que abarca la esencia misma de la Prakriti universal. El cambio de consciencia individual ayuda al universal, mientras que el universal empuja a cada una de las individualidades en un ascenso continuo, aunque lento, hacia el Divino.
La apertura a la acción de la Shakti, Consciencia Divina, o traducido a lenguaje cristiano, Espíritu Santo en toda su extensión; la sumisión y la entrega, son los puntos de inflexión a partir de los cuales existe un no retorno en el cambio trascendente.
Hay, sin duda, variadas líneas de enseñanza que muestran en camino del Yoga desde múltiples vertientes (laicas, religiosas…), para que cada quien, conforme a su capacidad, cultura y forma, acepte la suya como la vía más apta para su evolución. Pero el Yoga es como la tela que teje la araña, donde cualquier hilo conduce aun mismo centro, un Todo aparentemente sesgado, con un único destino, el Divino. No existe, pues, línea mejor, sino de mayor aptitud para el Sadhaka, independientemente que este pertenezca a una línea Vedanta laica, vaisnava, brahmana o saivita religiosa, y porque no, cristiana, musulmana, budista etc.… Pues en la unión con el Divino, cualquier forma es Yoga Universal y Ecuménico.
Somos numerosos los yoguis que aceptamos y propugnamos la idea de la unión interespiritual e interreligiosa como vía de expansión y elevación de esa consciencia colectiva, que ayude a todas las entidades vivientes, independiente de su forma de vida: mineral, vegetal, animal, etc … a la evolución hacia el Supremo. No es una cuestión individual, sino de todos.


Sri Nityasevaka.

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